
Aumento de la sed, ganas frecuentes de orinar, hambre extrema, pérdida brusca de peso y heridas que no cicatrizan, son algunas de las señales que ayudan a identificar esta enfermedad crónica, que sin un tratamiento oportuno puede producir problemas de salud como insuficiencia renal, patologías cardiovasculares y daño en los pies.