
Lo primero, dice la directora del Centro Tecnológico Territorio Mayor, Erika Alvarez, es considerar el espacio con el que se cuenta, para luego evaluar el tipo de suelo, preparar el terreno y elegir las plantas. “Los jardines de lluvia permiten recuperar un servicio ecosistémico, generando un ambiente que ayuda a almacenar, regular y generar agua para que esta infiltre”, destaca.