Dra. Cecilia Roldán realizó visita de investigación a la Universidad Mayor sede Temuco

La investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, Inta-Conicet, trabaja ―de manera pionera― en la domesticación del maqui en Bariloche para dar respuesta a las necesidades de pequeños productores de la zona.


Una charla magistral, colaboración científica y terreno en huertos frutales fueron parte del itinerario de la Dra. Cecilia Roldán, investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, Inta-Conicet, en su visita a la Universidad Mayor sede Temuco gracias a una invitación realizada por la carrera de Agronomía, a través del Dr. Jorge González.

“El maqui: una especie con potencialidad de cultivo. Primeros antecedentes en Argentina” fue el nombre de la conferencia que ofreció la Dra. Roldán en el Campus Alemania, en donde abordó detalles de una investigación doctoral pionera vinculada al proceso de domesticación de esta fruta en la cordillera trasandina.

“En una primera etapa investigamos las plantaciones naturales del maqui en Argentina y luego, instalamos el primer huerto clonal con algunos genotipos seleccionados. Hoy estamos viendo cómo se desempeñan esos genotipos en las condiciones de cultivo que proponemos”, detalló la Dra. Roldán, quien trabaja con pequeños productores de la zona, quienes cedieron terreno para instalar un huerto piloto.

Uno de los objetivos de su visita, que se llevó a cabo en la primera semana de abril, fue observar la producción de maqui en Chile, donde el proceso de domesticación comenzó hace alrededor de dos décadas. Para ello, la investigadora y el académico de Agronomía se trasladaron a una parcela en Lanco, Región de Los Ríos, y a otra ubicada en el camino a Cholchol en La Araucanía.

“Este fue mi principal interés, ya que en Argentina no existe la producción de maqui”, contó la Dra. Roldán, agregando que “observamos diferencias con las plantas de acá, por ejemplo, en Argentina los clones que están en el huerto demoraron bastante más tiempo en entrar a producción, acá demoraron dos años, allá cuatro. Además, vimos diferencias en las características bioquímicas de las bayas y en los huertos que visitamos ya tenían variedades comerciales, en Argentina no hay variedades registradas aún. La idea es llegar a tener alguna variedad que podamos registrar en algún tiempo relativamente cercano”, precisó.

Crisis climática, sustentabilidad y mercado

Según señaló la investigadora buscan orientar el cultivo de maqui en Argentina, en primera instancia, hacia los pequeños agricultores de la zona, entregándoles una alternativa productiva. Para ello deben sortear diversas barreras, una de ellas, la alta demanda de recursos hídricos del sector.

“Un aspecto relevante es que los genotipos que seleccionemos tengan buen desempeño bajo condiciones de sequía. Sobre todo, por la época en la que tiene su desarrollo vegetativo y productivo, que es en temporada seca, ya que las lluvias en cordillera se concentran en invierno. Buscamos desarrollar variedades resistentes o tolerantes a condiciones de sequía”, aclaró la investigadora.

Una de las cosas que observaron es que las poblaciones naturales de maqui del lado argentino están más adaptada a la escasez hídrica que las de Chile, donde las lluvias son más abundantes. “Eso es una ventaja para la zona, el desarrollar cultivos adaptados a esas condiciones”, añadió.

Esta especie endémica del sur de Chile y Argentina se adapta a condiciones de baja precipitaciones y bajo insumo de nutrientes. Por lo tanto, “puede ser una alternativa en el contexto del cambio climático, por lo que se están haciendo esfuerzos desde la investigación para mejorar el manejo agronómico”, complementó el Dr. González, explicando que “hay varios productos disponibles en el mercado, ya que el maqui destaca por sus propiedades antioxidantes y beneficios para la salud humana”.

En esa línea, alertó el académico, “la agroindustria compra maqui, pero las cosechas que utilizan provienen de personas que las recogen a orillas de camino, quebrando muchas veces las bayas, lo que pone en riesgo la variedad de recursos genéticos que tenemos del maqui. Hay que buscar alternativas para producir maqui, pero de manera sustentable para abastecer el mercado”.

Si se sigue con esa práctica de cosecha silvestre no controlada y no sustentable se va erosionando el recurso genético, porque con la fruta nos estamos llevando la semilla y estamos interfiriendo en la dispersión natural de éstas para que puedan dar lugar a otras plantas u otras poblaciones, ese es el problema ecológico de trasfondo”, concluyó la Dra. Roldán.