De la euforia inicial a la realidad: tomas no cesan y se encienden las isapres.

Columna publicada por El Mostrador el lunes 28 de mayo de 2018.

Lo cierto es que el anuncio de la Agenda de Género del Gobierno, el miércoles 23, fue un acierto inicial. La Moneda, entendió que este era un tema relevante y que debía intentar apoderarse del debate -pese a que se demoró a reaccionar- luego de la pésima intervención del Ministro de Educación. 

El Presidente Sebastián Piñera –flanqueado, en una estudiada puesta en escena, por Cecilia Morel e Isabel Plá-, presentó doce líneas de acción, algunas de continuidad del Gobierno de Bachelet, nuevas iniciativas legislativas, calificación de máxima urgencia a tres proyectos de Ley en discusión en el Congreso, anuncio de promulgación de la Ley de Universidades, en la cual se extiende la prevención y prohibición de ciertas conductas, además de regular la relación entre docentes y estudiantes. También adelantó que se elaborarán instructivos para los funcionarios del Estado y FFAA, y que se instruirá al Mineduc para diseñar un plan de Asistencia Técnica que considerará nuevos reglamentos.

Creo que el hecho que un Presidente hombre, de derecha, instale como relato que es necesario avanzar en un cambio cultural, que tenga como objetivo igualar la relación de género en nuestra sociedad, es muy valioso. Pero más allá de los anuncios, La Moneda no incorporó una de las principales demandas planteadas por las estudiantes: la educación no sexista, también eludió abordar la coyuntura que tiene a más de 20 universidades tomadas -algunas hace un mes-, y dio un paso en falso con el tema de las isapres.

Respecto de las tomas, la verdad es que el Gobierno ha estado paralizado. La debilidad de quien debería intentar liderar una salida, Gerardo Varela, hace evidente que podría terminar por echar más fuego al conflicto, especialmente luego de su –una vez más- desafortunada frase de las “pequeñas humillaciones”, y que el Presidente Piñera señalara en un programa de TVN que le había llamado la atención por sus chascarros permanentes.

Además, a sólo 48 horas de la puesta en escena en Palacio –que incluyó a diputadas comunistas, entre otros parlamentarios opositores- un grupo de cien estudiantes se tomaron la casa central de la Universidad Católica. Un hecho cargado de simbolismo, a 50 años de la revolución de mayo del 68, y de la propia toma de esa casa de estudios. Sin duda, lo que quedó en evidencia es que este movimiento tiene mucho más fuerza de lo que el propio Gobierno ha diagnosticado, y que de seguro va a ir en aumento.

En el listado de anuncios del Presidente, el tema de los protocolos que regulen y sanciones los abusos solo fue mencionado como un instructivo del que tendrá que hacerse cargo Varela, pero no hubo nada concreto, como haberse impuesto un plazo urgente para tener una propuesta que ayudara a descomprimir la actual coyuntura. También se pudo haber extendido una invitación a las estudiantes a integrar la comisión de trabajo –hoy sólo están los rectores y el Ministerio de la Mujer e Igualdad de Género-. Y por supuesto, hubiera sido un golazo de Piñera el haber entregado a la Ministra Isabel Plá –la revelación del Gabinete- un rol activo para buscar una solución. Por tanto, creo que la jugada audaz del Ejecutivo de adelantar la Agenda de Género, con la intención de bajarle el tono a la marcha que los estudiantes realizarán el 1 de junio, no logrará el efecto esperado.

En cambio, la propuesta de igualar los planes de hombres y mujeres en la isapres, se convirtió en un nuevo auto gol, los que, ya a estas alturas, está pasando a ser una característica de Piñera II, pese a gobernar sin nadie al frente. También demostró un grado de ansiedad sorprendente –el anuncio sería en la cuenta pública-, ya que quedó claro que presentar sólo el titular abrió un debate intenso, además de despertar la molestia e inquietud de una parte del empresariado y de la propia coalición gobernante. Y es un hecho que, en esta ocasión, la alicaída oposición no tomará palco, por el contrario, para ellos es una tremenda oportunidad.

El nivel de improvisación fue tan evidente, qué a las pocas horas de la intervención presidencial, el Ministro Santelices –otro de los que mete la pata seguido- señalaba en una entrevista a CNN que la igualdad de los planes tendría de base el aumento en el de los hombres, lo que desató una ola de ácidas críticas debido a que las isapres no participarían de este esfuerzo, pese a las utilidades de 2017 que alcanzaron a 70.000 millones.

Luego vendría la defensa corporativa de las prestadoras de salud privadas –que atienden aproximadamente al 22% de la población-  quienes salieron al ataque, advirtiendo que sin esas utilidades no podrían prestar una atención de salud de calidad, por cierto, un pésimo argumento. Y en la derecha, las recriminaciones hacia Santelices fueron en aumento, apuntando al ministro por la falta de claridad en los argumentos. Y los propios usuarios hicieron estallar las redes sociales, primando las críticas hacia un sistema que ha estado en la mira por años y que tarde o temprano quedaría expuesto a la polémica y cuestionamientos ciudadanos. Lo curioso es que lo logró un gobierno de derecha y no los de izquierda que lo antecedieron

Fue el propio Emilio Santelices, el que tuvo que salir a intentar calmar las aguas reconociendo que había “simplificado el tema”. Según ha hecho trascender el Gobierno, están estudiando algo parecido a una tarifa plana e instaurar deducibles en los planes que pagan los clientes. También se especula que unos 600.000 afiliados –el 18% del total- emigraría al sector público, cargando la salud del Estado, y que los cambios serían graduales, es decir, de aquí a ocho años.

Independiente del proyecto que anuncie Sebastián Piñera el próximo viernes, este será un tema que generará un debate intenso en el parlamento y creo que logrará levantar a los usuarios - algo parecido a lo que fue en un comienzo No + AFP - bajo el alero de Isapresinalzas, Sinalzas u otras organizaciones que llevan años defendiendo a los clientes frente a los aumentos unilaterales y excesivos. De paso, y como señalamos antes, involucrará al mundo de la oposición, como ya lo empezaron a hacer los presidentes de las Comisiones de salud de la Cámara y el Senado, Juan Luis Castro (PS) y Guido Girardi (PPD)   

Y por supuesto, las tomas se van a mantener, los estudiantes marcharan el 1 y 6 de junio, y el conflicto se agudizará si el Gobierno no asume, qué si no es capaz de hacerse cargo de este foco, su Agenda quedará opacada y en segundo plano. Lo dijo ayer la Diputada Maite Orsini (RD): “el llamado es a radicalizar el movimiento y que las mujeres paren Chile”.