Uno de cada cinco mujeres y niños venezolanos tiene una necesidad de salud no cubierta en Chile

Un nuevo estudio, liderado por la investigadora del Centro CISS U. Mayor, Sarahí Rueda-Salazar, evidenció la creciente demanda y el acceso limitado a los servicios de atención médica de estos migrantes en nuestro país y en otros lugares de América Latina.
El aumento de la migración venezolana en los países de América Latina ha traído consigo un cambio demográfico significativo, especialmente en la población femenina en edad reproductiva y su descendencia. Sin embargo, un reciente estudio reveló la preocupante disminución de la cobertura sanitaria y las necesidades de salud insatisfechas para niños, niñas y mujeres jóvenes venezolanas en Chile.
El trabajo, que muestra la potencial demanda de servicios de salud de la población migrante femenina en países andinos, tomando como caso de estudio a la población venezolana, fue realizado por Sarahí Rueda-Salazar, académica del Centro de Investigación en Sociedad y Salud de la Universidad Mayor, y Jenny García, del Institut National d’Etudes Démographiques (Paris, Francia), quienes usaron datos oficiales de registros administrativos, censos y encuestas por muestreo de organismos internacionales y de países como Colombia, Ecuador, Perú y Chile, los cuatro principales destinos de la diáspora venezolana.
La investigación -publicada en la prestigiosa revista “International Journal for Equity in Health”- arrojó que durante el periodo 2015-2022 la población de mujeres venezolanas en edad reproductiva creció significativamente en estos países. En el caso de Chile, la proporción pasó del 0,3% en 2015 al 6,8% en 2022. Este fenómeno también ha influido en el aumento de nacimientos, con un excedente del 8% en Colombia durante 2020, atribuido a mujeres migrantes venezolanas mayoritariamente de un perfil demográfico más joven.
También se evidenció una disminución en la cobertura sanitaria: en 2022 se estimaba que el 20% de las necesidades de atención médica no estaban cubiertas para niños, niñas y mujeres jóvenes venezolanas, es decir, uno de cada cinco tenía una necesidad insatisfecha en el sistema de salud chileno. Panorama que muestra importantes desafíos en salud pública y protección social en la población migrante perteneciente a grupos de mayor vulnerabilidad social.
Trabas de acceso
Las migrantes venezolanas enfrentan serias dificultades para acceder a servicios de salud, como los recursos financieros limitados, la discriminación, las dificultades para obtener un seguro médico y la falta de información sobre el sistema sanitario. El estudio propone mejorar el acceso a los programas de cobertura médica – sea público o privado-, combatir la discriminación en entornos de atención médica y brindar intervenciones específicas para grupos vulnerables como niñas, niños y adolescentes.
El trabajo también refleja las necesidades de salud diferencias entre la población migrante y la nativa, las cuales son ampliamente diversas debido al perfil demográfico de las migrantes y el proceso avanzado de envejecimiento en la población chilena, lo que conlleva a tomar intervenciones en planificación sanitaria diferenciadas para mejorar el acceso a servicios de salud en el país.
“Las mujeres migrantes a menudo enfrentan múltiples vulnerabilidades relacionadas con su género, estatus legal y condiciones socioeconómicas. Estas vulnerabilidades pueden afectar su salud y bienestar, requiriendo un enfoque integral que incorpore los servicios de salud con el apoyo social, la asistencia legal y los programas de empoderamiento económico. Al abordar las necesidades de salud de las mujeres y niños migrantes a través de la colaboración intersectorial, los países de la región pueden promover su bienestar, facilitar su integración y contribuir a un sistema de salud más equitativo y justo”, cerró Rueda-Salazar.