Los espacios verdes urbanos aportan similares servicios ecosistémicos que las áreas naturales

Un estudio global, que incluyó a Chile, indagó en el rol de estos ambientes en la calidad de vida de las ciudades. “Uno pensaría que estos sistemas, al ser tan pequeños y dispersos, no cumplen este tipo de roles, pero en verdad sí lo están haciendo”, comentó el director del Centro GEMA U. Mayor, Dr. Fernando Alfaro, uno de sus autores.


Existe una percepción general de que los espacios verdes dentro de las ciudades están empobrecidos y degradados en comparación con las áreas naturales. Por eso, un equipo de investigadores quiso comparar la capacidad de estos ambientes para soportar múltiples servicios ecosistémicos en relación a los ecosistemas naturales cercanos.

Los científicos analizaron 56 espacios verdes urbanos y ecosistemas naturales emparejados en 17 países, incluido Chile. En el caso de nuestro país, se aportaron muestras del Parque Metropolitano de Santiago y de las colinas de Curacaví, como área prístina.

Tras el análisis, concluyeron que los espacios verdes urbanos pueden soportar niveles de servicios ecosistémicos del suelo que se asemejan a los de los ecosistemas naturales.

“Al comparar los cerros-isla de algunos ambientes como Santiago, por ejemplo, con áreas cercanas a parques nacionales, muchas de las funciones se mantienen, no en las mismas tasas, pero estos pequeños ambientes siguen cumpliendo este rol crítico de mantener las condiciones relativamente estables. Esto permite que los ambientes urbanos sean más resilientes a estrés crónico, como una sequía de largo plazo o eventos de pulso, como serían las precipitaciones intensas”, explicó el Dr. Fernando Alfaro, director del Centro Gema, Genómica, Ecología y Medio Ambiente de la Universidad Mayor, uno de los autores de este estudio, que fue publicado en la revista Nature.

“Uno pensaría que estos sistemas, al ser tan pequeños y dispersos, no cumplen este tipo de roles, pero en verdad sí lo están haciendo”, agregó.

(Colinas de Curacaví)

Este trabajo releva la importancia de gestionar los espacios verdes urbanos no sólo por sus valores sociales y recreativos, sino también para apoyar múltiples servicios ecosistémicos de los que dependen los suelos y el bienestar humano, comentó el profesor Sebastián Abades, quien también participó del estudio.

“Una recomendación apunta precisamente a políticas públicas que permitan mantener estas áreas verdes dentro de sistemas urbanos, incrementando su protección, pero además aumentar su número.  Una forma de diseñar ciudades inteligentes es aquella que se pueda adaptar a procesos crónicos y de pulso, es decir, a procesos de larga data como sequías o a procesos que uno no puede controlar, como las precipitaciones u olas de calor”, destacó el investigador.

Los académicos Abades y Alfaro puntualizan que para ello se debería priorizar el uso de especies nativas. “El diseño de estas áreas verdes debería venir hacia el uso y la construcción de sistemas naturales de especies nativas, que están adaptadas a estas condiciones y van a responder a los cambios que ocurren en estos tipos de ambientes”, dijeron.