Debate// Sofía Correa Sutil, historiadora: “A la democracia no le faltan enemigos hoy en día”
La investigadora y académica de la U. de Chile participó como invitada en el ciclo “Movimientos sociales y asuntos constitucionales”, convocado por la Facultad de Humanidades de la U. Mayor. Allí se refirió a otros momentos constituyentes de nuestro país, al rol que han jugado las Fuerzas Armadas en estos procesos y también a la consulta municipal.
Con el objetivo de analizar el origen de las constituciones en nuestro país, el pasado 11 de diciembre la Facultad de Humanidades reunió a un grupo de académicos de diferentes disciplinas de las ciencias sociales, en el campus Manuel Montt.
Así el encuentro, enmarcado en el ciclo de charlas “Movimientos sociales y asuntos constitucionales”, contó con un panel compuesto por la decano de la Facultad de Humanidades, Clara Szczaranski; el director de la Escuela de Derecho, Dr. Felipe Meléndez; y el Dr. Héctor Velázquez, director del Centro Sociedad Tecnológica y Futuro Humano U. Mayor.
Además se sumó como invitada especial la historiadora, académica de la Universidad de Chile y doctora en Historia Moderna por la Universidad de Oxford, Sofía Correa Sutil, con quien Diario Mayor tuvo la oportunidad de conversar sobre el momento constituyente actual y la huella de otros procesos en nuestra historia.
- Sofía, hay voces en la historiografía —como Gabriel Salazar, por ejemplo— que señalan que en Chile no hay constitución que sea legitima en su origen. Desde su perspectiva, ¿le parece que esto es así o tiene matices?
“Tanto la Constitución de 1833, 1925 y 1980 son en su origen una imposición de un sector político que tiene poder suficiente como para instalar una nueva Carta Fundamental. En los tres casos, ese poder se refuerza sustantivamente con el apoyo militar. No obstante, lo que realmente importa en la historia política chilena es cómo las prácticas políticas, parlamentarias y electorales, junto a las reformas constitucionales, van dando vida a estas Constituciones al punto de hacerlas pervivir cerca de medio siglo a cada una. Esto, considerando que las reformas constitucionales de 1874 fueron de tal magnitud que cambiaron sustancialmente la Constitución presidencial autoritaria de 1833. Por lo tanto, independientemente del origen de las constituciones, la historia política de Chile ha sido una historia de continuidad y legitimidad de sus instituciones fundamentales, de progreso de las libertades y de la justicia social, de expansión de la ciudadanía y de la participación. Sin ese progreso no existiría una vara que permitiera medir las transgresiones cometidas en períodos de dictaduras.
- Respecto a lo anterior, hay una experiencia que es bastante citada actualmente y que tiene que ver con el momento constituyente vivido en 1925. ¿Qué lecciones debiésemos tener en cuenta para el momento actual?
“El proceso constituyente de 1925 fue manejado enteramente por Arturo Alessandri Palma, que entonces era Presidente de la República. En 1924 hubo un golpe de Estado y los militares clausuraron el Congreso Nacional. Alessandri, el año 25, de vuelta de su exilio en Italia, se encontró con el Congreso clausurado, y no lo convocó para que sesionara de modo que allí quedara radicado el proceso constituyente, que debía iniciarse como reforma constitucional. Alessandri, en cambio, organizó una Convención Constituyente, que bajo su presión y su influjo produjo una reforma tan profunda a la Constitución de 1833 que se la consideró una nueva Constitución. En contra del parecer de los partidos conservador, radical y comunista, y de una fracción de los liberales, Alessandri impuso la nueva Constitución de la mano de los militares, que la exigieron. Lo que aseguró la aprobación de la Constitución no fue un más que dudoso plebiscito, sino el discurso del general Navarrete en la Convención Constituyente”.
- En la discusión actual por una nueva constitución se ha comentado mucho el llamado poder constituyente originario y otro derivado o “instituido” que estaría integrado por el Congreso y otras instituciones. Entendiendo esto, ¿quién debiese asumir el rol de modificar la constitución?
“Los historiadores trabajamos con personas y con grupos humanos, con sus ideas, sus acciones, sus relaciones de poder, no con abstracciones. La experiencia más exitosa de cambio constitucional que se ha dado en Chile fueron las reformas constitucionales discutidas, negociadas y aprobadas en el Congreso Nacional, en 1874”.
- Por último, ¿qué le parecen los comicios que realizó la Asociación de Municipalidades de Chile la semana pasada?
“En esa consulta que usted llama comicios, el 90% de los votos llegó por vía electrónica. Me pregunto, cuántas personas emitieron más de un voto, dos o más votos. Incluso a mí, que no participé, me llegaron correos electrónicos de dos municipalidades incentivándome a participar de la consulta, en calidad de vecina. Podría haber emitido al menos dos votos, también me hubiese podido apropiar del rut de varios familiares, y votado más veces aún. Sería muy grave que, a partir de esta experiencia, se estuviera avalando el fraude electoral. Implicaría la deslegitimación de cualquier proceso electoral, es decir, de la democracia representativa. A ésta no le faltan enemigos hoy en día”.