Incendios forestales// Investigador U. Mayor participó en el desarrollo de herramientas para la restauración de zonas incendiadas
El Dr. Narkis Morales, del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas, trabajó junto a académicos de la PUC en la elaboración de un documento en el cual se aborda la necesidad de crear mecanismos para recuperar la vegetación luego de siniestros de grandes proporciones.
Como en enero y febrero de años anteriores, el fuego ha vuelto. Las imágenes de columnas de humo, árboles consumidos, helicópteros, voluntarios de Conaf y vecinos tratando de apagar las llamas abundan por estos días, en que la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) reporta 18 incendios forestales activos a lo largo del país.
Junto con los siniestros de esta época, también vuelven las preguntas habituales sobre el por qué las llamas golpean con mayor fuerza a algunas zonas y cuál es la magnitud del daño que estos provocan en los territorios.
Parte de esto fue abordado por el investigador Narkis Morales, doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) e investigador del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas de la Universidad Mayor, quien, junto a académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, participó del desarrollo de un documento sobre mecanismos que puedan ayudar a determinar las zonas más vulnerables después de un incendio.
El trabajo "Acción temprana post-incendio en Chile: herramientas para definir objetivos de restauración de zonas incendiadas", que forma parte de la serie Temas de la Agenda Pública del Centro de Políticas Públicas UC, detectó que “actualmente en el país es muy poco lo que se hace después de un incendio y muchas de las acciones que se siguen no poseen una metodología objetiva para la toma de decisiones. Por ejemplo, dependiendo de la severidad de los incendios, algunas especies pueden rebrotar y/o repoblar nuevamente algunos sitios; sin embargo, muchas veces se usan 'recetas' que se repiten sin hacer una evaluación de los sitios a restaurar”, explicó el Dr. Morales.
Algunas de las herramientas señaladas por los académicos tienen que ver con protocolos de emergencia orientados a dar protección al suelo y evitar la degradación de este al estar “desnudo”. Sobre esto, el investigador explicó que “las actividades propuestas son sitios dependientes, esto quiere decir que se toman en cuenta diversos indicadores para posteriormente determinar qué medidas tomar”. Además, agregó que “lamentablemente en Chile se ha dado mucho hincapié a la prevención y en cierta medida al combate de los incendios, pero no a cómo estabilizar las áreas quemadas. Si bien el conocimiento técnico por parte de los actores está presente, el tema no se encuentra en las políticas públicas, por ende no hay recursos destinados a las actividades de recuperación post-incendio”.
¿Los pinos tienen la culpa?
Como parte de las preguntas que surgen a partir de las causas que subyacen a los incendios forestales, los pinos y eucaliptos son parte central del debate en algunos sectores, que los enarbolan como agravantes de la situación.
Y aunque efectivamente estos árboles poseen la característica de ser altamente inflamables, el Dr. Morales señala que “culparlos” es una simplificación de la problemática.
“Debemos ser cuidadosos, ya que no porque tengamos algo inflamable, inevitablemente tendremos un incendio. Hay que tomar en cuenta el cambio climático que hace que el combustible disponible tenga menor humedad y por ende aumenta la probabilidad de ignición”, dice.
Sin embargo, el investigador finalmente aclara que “desde un punto de vista de ordenamiento territorial, se debería evitar tener especies en que el fuego forma parte de su ciclo reproductivo. Por ejemplo, el Pino Radiata necesita de este elemento o del calor para que los conos se abran y liberen las semillas, por lo tanto esta especie ha desarrollado adaptaciones para sacar ventajas. Entonces, si pensamos que tenemos largas extensiones de estos árboles altamente inflamables, plantados a altas densidades, sin una "separación" territorial adecuada (como corta fuegos), la probabilidad de que el incendio se expanda rápidamente y salga de control aumenta considerablemente”.