Opinión// Las “Noterelle” de Gramsci
Columna de opinión publicada por Poderyliderazgo.cl el 23 de mayo de 2019
Son diversos las razones por las cuales Gramsci aparece y reaparece, en el tiempo, en el pensamiento y en los acontecimientos políticos, utilizado para sustentar proyectos políticos muchas veces contradictorios entre sí o simplemente lejanos a lo que el filósofo sardo efectivamente escribió esencialmente en los Cuadernos de la Cárcel durante los once años de presidio impuestos por la dictadura fascista.
Una de ellas, es que Gramsci por muchos años, especialmente antes que se conocieran, ordenaran y analizarán el poderoso contenido de los Cuadernos y de las Cartas de la Cárcel, fue presentado, y de alguna manera reducido, a un símbolo de la lucha antifascista, a un héroe, a un Gramsci de todos. Los socialistas italianos, no sin razón y por muchos años, lo consideraron uno de los padres del renacimiento democrático de Italia y de las tradiciones socialistas democráticas. Los liberales, un continuador de la tradición del Resurgimiento y ya Croce lo había alabado como un filósofo capaz de interpretar lo nuevo. Gramsci y su obra fueron un punto de partida esencial en la renovación del marxismo de los años 60/70 en Europa, aparecíó, en el imaginario de muchos, en la propia experiencia de Salvador Allende y de la Unidad Popular en Chile, sustantivamente como el sustento ideológico, primero de la Vía Italiana al Socialismo de Togliatti y después del Eurocomunismo, que construyeron los partidos comunistas Italiano, Francés y Español, como también en la política de Berlinguer dado que Gramsci era el cimiento de la fuerte adhesión de los intelectuales italianos al PCI, de su enorme presencia en la sociedad y del liderazgo político-moral que este partido ejerció por largos decenios en Italia.
De otra parte, diversos sectores del izquierdismo italiano e internacional han utilizado su elaboración del período del Ordine Nuovo, que Gramsci sobrepasó completamente en su elaboración de los Cuadernos, para fundar sus teorías revolucionarias, Laclau y Mouffe buscaron dar a las teorías de Gramsci una impronta posmoderna desvinculándolo del marxismo, algunos de los intelectuales de PODEMOS, que asesoraron a Chávez en Venezuela, intentaron construir un relato gramsciano sobre la “revolución bolivariana” para dotarla de algún sostén ideológico y PODEMOS mismo utiliza las categorías gramscianas transformadas en matrices símbólicas de su acción política.
Otro factor que influye en la constante deconstrucción y reconstrucción que experimenta el pensamiento de Gramsci está dado por el hecho de que su elaboración se produce en la cárcel y, por tanto, frente al riesgo de que sus escritos fueran requisados por la censura fascista, adquieren una premeditada encriptación. Gramsci, que estudió Filología, Lingüística y Filosofía, utiliza un lenguaje esopiano justamente porque sus “apuntes” no estaban destinados a ser publicados de esa forma.
Antonio Leal
Director de la Escuela de Sociología de la U. Mayor
Ex presidente de la Cámara de Diputados