Opinión// Torta de novia
Columna de opinión publicada por La Tercera el 27 de mayo de 2019
Superando el primer desagravio que produce el manoseo, una vez más, del concepto de clase media, el supuesto proyecto para Clase Media Protegida más bien parece una torta de novia (agradezco la sugerencia de nombre que me hicieron para esta columna). Por fuera, grandes, lindas, hasta de varios pisos; por dentro, insípidas y con pisos falsos.
Así, el gobierno dice que su proyecto de pensiones, también una de estas iniciativas, está dirigido a la clase media. Sin embargo, el BID ha estimado que quienes más se verán beneficiados por el proyecto serán el 10% más rico y cerca del 40% del aumento es simplemente recursos de los mismos trabajadores que recibirán de vuelta al jubilarse el año 2030. Esto, porque el proyecto está enfocado en aumentar los recursos del esquema de ahorro individual obligatorio, postergándose, una vez más, la creación de un robusto sistema de seguridad social, que entregue pensiones de vejez dignas, especialmente a la clase media, pero también a todos/as sus ciudadanos/as.
Más aún, el gobierno parece atribuirse los avances en gratuidad en la educación superior que se produjeron en el gobierno pasado, a pesar de que los que hoy día gobiernan se opusieron a que esto ocurriera. Por lo demás, llegar a los estudiantes del 60% más pobre solo cubre el 40% de los que los economistas llaman clase media (el 50% que está entre el 40% más pobre y el 10% más rico). Para los sociólogos, este concepto es más complejo y diverso. En un estudio reciente que financió la BBC a investigadores de LSE y las Universidades de York y Manchester, categorizaron los grupos sociales según sus niveles de capital económico, social y cultural. Se encontró que, en Reino Unido, la “clase media tradicional”, de alto capital económico (no tan alto como la élite), alto capital social y cultural, ha disminuido significativamente y han aparecido otros grupos medios. Una “clase media técnica”, con alto capital económico, menos comprometida culturalmente, con pocos contactos sociales y, por lo tanto, menos comprometidos socialmente; una de “trabajadores afluentes” y “emergentes”, jóvenes y activos, con niveles medios a bajos de capital económico y niveles más altos de capital cultural y social. Y la “clase obrera tradicional”, con bajos niveles en todas las formas de los tres capitales, aunque no son el grupo más pobre.
Claudia Sanhueza, PhD en Economía de la U. de Cambridge
Directora del Centro de Economía y Políticas Sociales (CEAS) de la U. Mayor