Emprendedores U. Mayor aseguran que “pausas activas” son clave para disminuir las licencias laborales
Cinco estudiantes de la Escuela de Kinesiología ganaron el tercer lugar durante el sexto Concurso de Emprendimiento gracias a Working Health, un servicio de apps para oficinas que busquen disminuir el riesgo de deterioros físicos entre sus trabajadores y atenuar factores de riesgo como el estrés, además de fortalecer las relaciones intralaborales.
La sexta versión del Concurso de Emprendimiento de la Universidad Mayor dejó algo en claro: salud e innovación parecen ser un área altamente consolidada, al punto de que los tres ganadores del certamen venían de esta área, pero de diferentes disciplinas.
Y si los dos primeros lugares corresponden a sustentabilidad y sexualidad, el tercer puesto se lo quedó Working Health, proyecto de cinco estudiantes de la Escuela de Kinesiología que fusionaron tecnología y bienestar en el trabajo.
Se trata de un proyecto liderado por Daniela Inostroza, Nicolas Farias, Javiera Vera, Sofia Miles y Vicente Onate, quienes interesados en prestar un servicio que trabaje el bienestar en 360 grados, desarrollaron una aplicación de pausas activas que trabaje integralmente en la disminución de deterioros físicos entre los trabajadores de las empresas, pero también en cuanto a salud mental, estrés y fortalecimiento de relaciones intralaborales.
¿Cómo? Vicente Onate, miembro de Working Health, lo explica: “Este es un servicio que se le ofrece a empresas presenciales mediante una suscripción que se gestionará por Recursos Humanos y en que cada usuario deberá descargar la aplicación móvil para trabajar en pausas activas”.
El futuro kinesiólogo agrega que el objetivo final del proyecto “es disminuir el riesgo de enfermedad en los usuarios, esperando que esto se traduzca en una disminución de licencias emitidas en la empresa. Incluso, en conversación con algunos posibles clientes, nos señalaron que si se lograba la reducción de dos o tres licencias mensuales, podían contratar el servicio”.
Otro aspecto que el grupo de estudiantes pudo confirmar a través de este mismo análisis de mercado, y contacto con empresas reales, fue “la necesidad de disminuir la licencias no solo porque representaban un enlentecimiento en la línea de producción, sino que también alteraban la imagen de la empresa, cuestionando el compromiso que esta podía entregar a la salud y bienestar de sus trabajadores”.
Incentivos contra la abstinencia
Los cinco miembros de Working Health reconocen también que en su búsqueda por mejorar el proyecto y desarrollarlo, se encontraron con que las pausas activas muchas veces no son bien recibidas por los trabajadores. “Descubrimos que muchos usuarios preferirían utilizar ese tiempo para descansos pasivos y actividades como fumar o ver sus celulares”, relata Oñate.
Sin embargo, el grupo decidió ir al fondo de esta “abstinencia” por las pausas y descubrió también áreas no cubiertas por los programas tradicionales de pausas activas: “Muchas de estas propuestas solían ser bastante monotemáticas, centradas principalmente en actividades de elongación y respiración sin variaciones, lo cual puede eventualmente causar desmotivación en el usuario y desligando su interés por las actividades. Como podemos ver ambos puntos son co-dependientes”.
Para romper dicha inercia, el grupo decidió poner al centro del proyecto la motivación por incentivos, en donde los trabajadores estarán en “una modalidad de créditos y puntos vinculados a la cuenta de las actividades en las que han participado”, señala Oñate, quien agrega: “Se pueden ganar puntos por cada participación. La idea es que estos créditos los puedan intercambiar por donaciones, a su nombre, con destino a distintas causas sociales dentro del país”.
Por último, y ante la pregunta de si Working Health está preparándose para lanzar un prototipo al mercado, desde el equipo de estudiantes detallan que “aún no, porque quedan cosas que resolver para hacer de este proyecto una verdadera oportunidad rentable. Sin embargo, esperamos que eventualmente pueda concretarse”.