Charla//Diseño Híbrido: Académico expuso sobre la fusión entre las manualidades y los algoritmos y la impresión 3D
Amit Zoran, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, detalló los alcances de esta técnica durante su exposición en la Facultad de Humanidades de la U. Mayor.
¿Qué puede tener en común la ingeniería computacional con las manualidades y la artesanía? Para el académico Amit Zoran, profesor titular de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Computación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la relación entre ambos campos puede ser casi tan estrecha como la que guarda un escultor con su cincel.
Por ello es que creó el “Design Hybrids Lab”, un laboratorio que funciona al alero de dicha casa de estudios y en el que este académico ha centrado su trabajo en el llamado “diseño híbrido”.
Según explicó Zoran, en una charla que ofreció en la Facultad de Humanidades de la U. Mayor, el diseño híbrido fusiona prácticas tradicionales con herramientas digitales, con la idea de rescatar los “valores” propios de cada soporte: la singularidad y la imprevisibilidad del trabajo hecho a mano, y la automatización y la virtualidad de las prácticas digitales contemporáneas.
De esta forma, se pueden lograr diseños que esquivan las barreras que a veces presenta el diseño tradicional, pero preservando la personalidad y el sello de cada artista.
“Más que la automatización, la característica más poderosa del diseño computacional es la capacidad de representar formas que serían difíciles de lograr en prácticas tradicionales”, sostuvo el académico en su presentación, en la cual mostró diversos productos que han resultado del diseño híbrido, como cestas de mimbre cuya estructura fue hecha con una impresora 3D, siguiendo algunas directrices matemáticas, pero cuyo interior mantuvo el trabajo manual y la improvisación de su autor.
En ese sentido, descartó que esta aproximación sea una mera automatización de los procesos y, por el contrario, enfatizó en que su objetivo es que se conserven atributos como la imperfección humana, la creatividad y la personalización, así como el contexto social del trabajo y el contacto que hay entre la mano, la herramienta y el material.
“En esta conexión ocurre un fenómeno social y psicológico muy interesante. Cuando transformamos todo esto en un sistema computacional, perdemos una parte importante de la producción cultural en el diseño”, advirtió.
Por eso dijo que "si bien a todos les emociona mucho la impresión 3D, hay un problema físico mayor con esta tecnología: el molde es virtual, la idea de la forma es generada de su ADN digital, lo que significa que siempre puedo reproducir el mismo diseño exacto, mientras que el valor físico no tiene importancia”.
Por el contrario, el diseño híbrido busca ser una herramienta y no un reemplazo, según indicó. "No se trata de automatización ni reemplazar el trabajo a mano por una nueva máquina, se trata de entregarle a los artistas nuevas herramientas", dijo.
De hecho, en su presentación mostró un experimento en el que participaron cinco personas empleando una especie de “cincel inteligente”. Esta herramienta fue programada computacionalmente por el equipo de Zoran, para que fuese capaz de adecuarse a un resultado final y, de esa forma, detenerse automáticamente cuando detectara que el usuario está cometiendo errores. Cuando cada participante terminó de esculpir una figura, el investigador observó que cada estructura tenía un estilo singular, independiente de la programación por algoritmos.