Estudiantes U. Mayor son parte de proyectos que investigarán la biodiversidad y la biogeoquímica de los salares de Chile

Con el fin de acercar los centros de investigación a las escuelas y facultades, 14 alumnos de pre y postgrado colaborarán en el Observatorio de Sistemas Salinos del Desierto de Atacama y los Andes OSSAD-A y en el monitoreo de largo plazo del Salar Grande en la Región de Atacama. Ambas iniciativas son lideradas por investigadores de los centros GEMA y de Nanotecnología Aplicada.
La Universidad Mayor lidera dos proyectos sobre los sistemas salinos de Chile, buscando posicionarse como un referente en esta área. Así, a través del Anillo “Observatorio de Sistemas Salinos en el Desierto de Atacama y los Andes OSSAD-A”, se pretende desarrollar un sistema de monitoreo de largo plazo que permitirá la evaluación de los salares, su interacción con el entorno, además de la identificación de las principales amenazas, mientras que el otro proyecto permitirá generar conocimiento sobre la dinámica espaciotemporal, la biodiversidad y funcionalidad ecosistémica del Salar Grande en la Región de Atacama.
Estas iniciativas – que tienen por objetivo crear estrategias que permitan la conservación de estos ambientes- son encabezadas por los académicos del Centro GEMA, Genómica, Ecología y Medio Ambiente, el Dr. Fernando Alfaro, y las doctoras Dinka Mandakovic y Fabiola Pineda, del Centro de Nanotecnología Aplicada (CNAP). En este importante desafío los investigadores no están solos, ya que son acompañados por un grupo de 14 estudiantes, de carreras como Geología, Medio Ambiente y Sustentabilidad, Biotecnología e Ingeniería y también postgrado.
“Uno de los objetivos centrales del proyecto es la formación de capital humano, vinculando a estudiantes en etapas tempranas”, dice el académico, quien agrega que la investigación permitirá entrenarlos en los distintos procesos, que van desde la colecta de muestras y los análisis el laboratorio, hasta la publicación de sus resultados.
La Dra. Mandakovic destacó que la participación de estudiantes en este proyecto “permite que las nuevas generaciones se acerquen al conocimiento de la naturaleza en toda su diversidad. Al enfrentarse a preguntas innovadoras sobre estos ecosistemas únicos y vulnerables, no solo descubren la riqueza del entorno natural, sino también sus propias capacidades para generar respuestas científicas en contextos desafiantes”.
Recientemente el equipo realizó un viaje a los salares de la Región de Atacama para recolectar muestras e instalar múltiples equipos de monitoreo ambiental.
Los testimonios
Alexander Briones es estudiante de quinto año de la Escuela de Biotecnología y quiso participar en el proyecto por su carácter multidisciplinario y colaborativo. “Me pareció una gran oportunidad para adentrarme más en el mundo científico, no solo desde una perspectiva técnica, sino también en grado humano”, dijo el joven, quien espera aplicar y poner a prueba los alcances de la biotecnología en un entorno extremo, “explorando hasta dónde se puede innovar y seguir aprendiendo”.
Para Gian Franco Lay, de la Escuela de Geología, ha sido motivante estudiar y entender cómo funcionan estos ecosistemas tan dinámicos y variados, considerando la importancia que han adquirido en el último tiempo debido a la industria del litio. Su experiencia ha sido desafiante, ya que ha tenido que aprender a usar nuevos softwares para obtener resultados de las dinámicas de los salares.
En tanto, Antonia Beggs realiza su tesis de Doctorado en Genómica Integrativa U. Mayor evaluando el impacto que tiene la presencia de plásticos y metales pesados derivados de la minería sobre el microbioma de los salares y los servicios ecosistémicos que estos proveen.
“El viaje fue una experiencia muy enriquecedora en todo sentido. Viendo con mis propios ojos los flamencos, las vicuñas y guanacos, la inmensa biodiversidad que tienen los salares, los impresionantes colores de la microbiota en la costra salina, y la fuerte presencia de las mineras en esos sectores, sólo me motivan a seguir investigando y dando a conocer la importancia y la belleza de estos ecosistemas chilenos. ¡Quedé con ganas de volver! Las vistas eran realmente increíbles”, cuenta.
Durante su doctorado en Ecología Integrativa de la Universidad Mayor, uno de los objetivos de María del Pilar Fernández fue comprender a los microorganismos del suelo en ecosistemas áridos y vio en el proyecto una oportunidad para seguir investigando al respecto, ahora en un nuevo escenario.
Hoy es postdoctorante del proyecto, considerándolo como “una gran oportunidad para visibilizar el valor científico de los salares. A pesar de su importancia ecológica, aún hay muchas preguntas sin responder sobre estos ecosistemas. Y justo ahora, cuando están en el centro del interés económico por la extracción de litio, es fundamental estudiarlos antes de que se alteren profundamente. Este proyecto nos permite adelantarnos y generar conocimiento clave que puede aportar tanto a la ciencia como a la toma de decisiones sobre su conservación y uso”.
Finalmente, el director del Centro GEMA enfatizó que “esto da cuenta de la importancia de fortalecer la interacción entre los centros de investigación y las escuelas”, esperando que otros estudiantes se motiven a realizar sus tesis en otros proyectos de la Universidad.