Equipo U. Mayor se adjudica millonario fondo para estudiar la adaptación de los cerezos al cambio climático
El equipo liderado por la Dra. Andrea Miyasaka, perteneciente al Centro de Genómica y Bioinformática, fue seleccionado en el Concurso Regular de Anillos de Investigación en Ciencia y Tecnología de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) para implementar un proyecto que busca modular el tiempo de floración de este árbol, con el fin de asegurar la productividad de una de las principales frutas de exportación de Chile.
El apetito, principalmente de China, por las cerezas, ha convertido en la última década al pequeño y dulce fruto en una boyante industria de nuestro país. De hecho, solo en la última temporada 2020-2021, Chile fue responsable del 96,2% de todas las exportaciones de cerezas al hemisferio norte, en su gran mayoría al país asiático.
Sin embargo, a pesar del auspicioso desarrollo del sector, la incertidumbre asociada al cambio climático presenta una serie de retos para el manejo de los sistemas agrícolas y los recursos hídricos que amenazan la productividad.
“Los árboles perennes, como el cerezo y el duraznero, detectan y registran las temperaturas ambientales para regular su tiempo de floración. Esos árboles acumulan horas de frío con temperaturas entre 4° y 7°C para que su floración sea exitosa. Este mecanismo les permite asegurarse de que el invierno ha terminado, evitando así el daño causado por heladas.”, explica la Dra. Andrea Miyasaka, investigadora del Centro de Genómica y Bioinformática (CGB) U. Mayor.
El problema es que el alza de las temperaturas del invierno chileno ha provocado que estos árboles no completen sus requerimientos de acumulación de horas de frío, afectando la calidad de sus frutos y por tanto la productividad del sector.
A raíz de esto, el equipo liderado por la Dra. Miyasaka y que incluye a diversos académicos de la U. Mayor, se adjudicó hace algunos días un fondo cercano a los $450 millones perteneciente al Concurso Regular de Anillos de Investigación en Ciencia y Tecnología de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el cual permitirá que durante tres años se estudie la floración del cerezo, enfocándose en sus modificaciones epigenéticas.
“Las plantas se adaptan al medio ambiente, regulando la expresión de sus genes, pero estas modificaciones no necesitan cambiar la secuencia del ADN, sino que utilizan otras modificaciones denominadas “epigenéticas””, precisa la investigadora.
Y agrega: “Esas modificaciones son guiadas por moléculas pequeñas de ARN (sARN) que actúan por toda la planta. En este proyecto buscamos identificar esos sARN relacionados al registro de frío y floración en el cerezo, y desarrollar tecnología para su aplicación por spray en el campo”.
El estudio contempla el análisis de diferentes variedades de cerezas cultivadas en Chile, con diferentes requerimientos de frío, y los datos serán integrados en modelos de redes regulatorias que serán contrastadas entre variedades y complementadas con datos de cambios fenológicos obtenidos por análisis de imágenes satelitales.
Impacto positivo
El proyecto también cuenta con el apoyo de productores y exportadores chilenos de cerezas, quienes serían beneficiarios directos de sus resultados.
“La cosecha de cereza está toda concentrada en 5-6 semanas en diciembre-enero. Eso crea un problema muy grande, porque no hay mano de obra suficiente para cosechar los campos y además las plantas de packing quedan colapsadas con el gran volumen de fruta que llega. Si se logra modular el tiempo de floración, se podría ampliar la ventana de cosecha de la cereza, lo que permitiría optimizar esa logística. Además, también se podría cosechar fruta más temprano en verano y obtener mejores precios en el mercado externo”, comenta la Dra. Miyasaka.
El grupo de investigación contempla realizar actividades para empoderar a las comunidades rurales, otorgándoles herramientas de agricultura sustentable y biotecnología. Para ello el grupo potenciará los vínculos de la Universidad Mayor con la comunidad a través, por ejemplo, de la Academia de Biotecnología Agrícola, una iniciativa de la ONG Susténtate, la Escuela de Biotecnología y el CGB U. Mayor.
Junto a la Dr. Miyasaka conforman el equipo la Dra. Elena Vidal como Directora Alterna y el Dr. Alberto Martin, ambos del CGB, el Dr. Francisco Zambrano del Centro de Observación de la Tierra “Hémera”, el Dr. Manuel Ahumada del Centro de Nanotecnología Aplicada y el Dr. Humberto Prieto del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).
El Dr. Patricio Manque, Vicerrector de Investigación de la U. Mayor valoró la consolidación del grupo de investigación para el manejo agrícola del cerezo frente al cambio climático. “Estamos muy felices con el resultado de este concurso, esto viene a potenciar nuestra área de Genómica vegetal con un foco en el área más aplicada".