Colegios sin vegetación están perpetuando la “desigualdad verde” en Santiago

Un equipo liderado por Ignacio Fernández, del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas U. Mayor, analizó la situación de 1579 establecimientos capitalinos y reveló que la vegetación en los centros educacionales privados triplica, y hasta cuadruplica, la de los colegios públicos y subvencionados. “Los colegios están replicando las desigualdades, convirtiéndose en parte del problema más que de la solución”, dicen los investigadores.


Es sabido que en Santiago existen grandes diferencias en el acceso a las áreas verdes, las cuáles cumplen un rol clave en la calidad de vida en las ciudades.

En la búsqueda de estrategias que apunten a disminuir las brechas en la “desigualdad verde” en Santiago, un grupo de investigadores de la Universidad Mayor se propuso estimar el nivel de áreas verdes dentro de los colegios y sus alrededores en Santiago, para evaluar si la vegetación en los establecimientos educacionales está ayudando a mitigar estos altos niveles de desigualdad, característicos de la capital.

Los resultados mostraron que los colegios tienden a replicar la desigual distribución de la vegetación en la ciudad, revelando que los establecimientos privados triplican y hasta cuadruplican la superficie de vegetación de los colegios públicos y los colegios subvencionados.

La significativamente mayor cantidad de vegetación de los establecimientos privados implica que “los escolares con mayores ingresos no solamente viven en barrios más verdes, sino que estudian en colegios con mayor vegetación”, dice el investigador a cargo del estudio, Ignacio Fernández, doctor en Sustentabilidad y académico del Centro de Modelación y Monitoreo de Ecosistemas (CEM) U. Mayor.

Lo preocupante del hallazgo, advierten los autores del estudio, es que el sistema escolar chileno tiende a segregar a los estudiantes en base a los ingresos de sus familias, lo que se traduce en que los sectores con menores ingresos asisten principalmente a los colegios públicos y subvencionados, y los sectores con ingresos altos a los colegios privados.

 

Una oportunidad perdida

El análisis consideró 1579 colegios en Santiago: 500 públicos, 855 subvencionados y 224 privados de las 34 comunas de la capital.

A partir de la georreferenciación de los colegios, y el posterior mapeo de los niveles de vegetación en los establecimientos y sus alrededores, a través de técnicas de teledección, el equipo evaluó la desigualdad en el nivel de vegetación usando un enfoque multiescala para determinar si la desigual distribución de la vegetación a nivel de ciudad se encontraba también a nivel de municipalidad.

El estudio reveló que la cantidad de vegetación muestra diferencias significativas según el tipo de establecimiento educacional en Santiago. Los colegios subvencionados son los que tienen menor cantidad de vegetación, con un 8% de su superficie con áreas verdes, seguidos de cerca por los colegios públicos, con un 12%. Mientras que los colegios privados tienen considerablemente mayor cantidad de vegetación, con un 30% de su superficie con áreas verdes.

Para los autores del estudio, los establecimientos educacionales de Santiago podrían ser claves para reducir las desigualdades en el acceso a la vegetación y los servicios medioambientales asociados, sin embargo “los colegios no están ayudando a mitigar los altos niveles de desigualdad en la ciudad. Por el contrario, están replicando las desigualdades, convirtiéndose en parte del problema más que de la solución”, afirman.

 

Posibles causas y soluciones

Para indagar sobre las posibles causas de las diferencias de vegetación en los colegios de Santiago, el equipo analizó la superficie de los establecimientos, descartando que exista una relación directa entre el tamaño del colegio y la cantidad de vegetación.

“Los colegios públicos y subvencionados no tienen incentivos para desarrollar vegetación. De hecho, en Chile no existe ninguna normativa vigente que determine cuanto nivel de vegetación debe tener un establecimiento educacional”, puntualiza Ignacio Fernández.

La disponibilidad de recursos es otro factor que explica las diferencias de vegetación en los distintos tipos de colegios. “Los colegios privados, como están en el sector oriente, probablemente tengan mayores recursos también para destinar parte de su infraestructura para la vegetación; en cambio los colegios públicos y subvencionados, quizás por pretender hacer un uso más eficiente del espacio, priorizan el desarrollo de infraestructura construida por sobre el desarrollo de infraestructura verde”, señala Fernández.

Si bien, el académico reconoce que solucionar el problema es complejo debido a que la superficie de los colegios públicos y subvencionados se encuentra construida en concreto o asfalto y no existen suelos que permitan el crecimiento de vegetación, detalla que hay medidas alternativas de mitigación que podrían funcionar.

“Lo óptimo no es necesariamente poner grandes extensiones de vegetación, sino que se puedan generar pequeñas huertas y jardines educativos, o también tratar de integrar la vegetación dentro y fuera de las salas en maceteros, lo que permita a los estudiantes contar con espacio verde para recibir los estímulos positivos que tiene la vegetación en su variable psicológica”, propone el investigador.

Los resultados del estudio, en el que también participaron Rodrigo Pérez, doctor en Economía e investigador del Centro en Economía y Políticas Sociales (CEAS) U. Mayor, y Esteban Villalobos, investigador de la University at Albany en Estados Unidos, fueron publicado recientemente en la revista académica Urban Forestry & Urban Greening.