Científico U. Mayor participó en estudio que reveló que el Mapocho es uno de los ríos más contaminados con fármacos en el mundo
Cristóbal Galbán, investigador del Centro GEMA, Genómica, Ecología y Medio Ambiente, explicó que “no es sorpresivo que haya este nivel de concentración de residuos, ya que el afluente está expuesto a 6 millones de personas”.
El investigador del Centro GEMA, Genómica, Ecología y Medio Ambiente de la Universidad Mayor, Cristóbal Galbán, participó en un estudio que reveló que el Mapocho está entre los ríos más contaminados por restos de productos farmacéuticos en el mundo.
El proyecto global - publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United State of America (PNAS)- analizó 258 afluentes de todo el planeta, tales como el Támesis en Londres, el Amazonas en Brasil y el Nilo en África. El afluente capitalino se posicionó en el número 47 de los más contaminados, siendo los principales desechos detectados la carbamazepina, la metformina y la cafeína.
"Al consumir un medicamento una parte del principio activo se metaboliza y el resto se elimina a través de la orina o las heces", explicó. En este aspecto, es clave entender que muchos de estos compuestos encontrados no se degradan de forma efectiva en las estaciones de depuración de aguas, pues estas no están diseñadas para degradarlos, sino para mantener parámetros clave para la salud humana en niveles seguros.
Dentro de los tres afluentes estudiados en el país, el menos contaminado fue el de Antártica, le siguió el río Maipo, pero el que preocupa es el río Mapocho, en el que se detectó “4 microgramos de fármacos por litro (ng/l). No lidera como los más contaminados en la región, pero sí es una preocupación para tener en cuenta en las futuras políticas públicas del país”, enfatizó el investigador.
Galbán agregó que “no es sorpresivo que haya este nivel de concentración de residuos, ya que el Río Mapocho está expuesto a 6 millones de personas. Todos estos contaminantes no es que se estén monitorizando constantemente o que sean recogidos en una norma con las cantidades máximas permitidas en un curso de agua.”
Es por ello que explica que falta una norma relacionada con este tema en Chile y “el trabajo que deberíamos hacer como país es una regulación más específica y avanzada, y mejorar las tecnologías disponibles que permitan revisar estos compuestos dentro de las estaciones de depuración de aguas”.
Si bien este estudio se ha restringido a un grupo de compuestos químicos de origen farmacéutico, “sería bueno ampliar en el futuro a otro tipo de compuestos de consumo humano como puede ser el consumo de drogas ilícitas, por ejemplo”, plantea. Otro punto importante, a su juicio, sería realizar estudios del impacto real de estos contaminantes sobre la fauna autóctona, para ver cuáles pueden ser los posibles efectos sobre los ecosistemas.
El experto concluyó diciendo que “es probable que haya otros ríos más contaminados en Chile, por lo que sería interesante ampliar esta red de monitoreos a otros ríos del país”.