Académica U. Mayor publicó estudio que muestra las relaciones entre jubilación, depresión y consumo de alcohol en personas mayores en Estados Unidos

La Dra. Antonia Díaz-Valdés lideró un equipo de investigadores nacionales e internacionales, en una investigación que analizó los datos de más de 27 mil estadounidenses mayores de 50 años, en la que se analiza el efecto de la jubilación en la salud mental y reveló que la jubilación y el consumo problemático de alcohol se asocian a peor salud mental en personas mayores. Para leer el artículo, ingresa AQUÍ


 

Desde 1992, en Estados Unidos se desarrolla un estudio que sigue, cada dos años, a personas de 50 años o más, y que evalúa temas relacionados a la salud y jubilación de los estadounidenses.

Algunas de las variables que se han obtenido en dicho registro son la base que ha permitido analizar la relación en el tiempo entre la jubilación, la depresión y el mecanismo mediador del consumo de alcohol en dicha asociación. Este trabajo ha sido liderado por la Dra. Antonia Díaz-Valdés, profesora asistente del Centro de Sociedad y Salud (CISS) U. Mayor, y la Dra. Christina Sellers, profesora asociada en la Universidad Simmons de EE.UU. en colaboración con el Dr. Esteban Calvo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Artes de la Universidad Mayor e investigador del CISS. Además de estudiantes de posgrado de las escuelas de UCLA, PUC y Simmons.

La evidencia sugiere que “tanto la depresión como el consumo de alcohol son de los dos problemas más relevantes, sin embargo, menos reconocidos en EEUU, y se ha constatado que en este rango etario tan solo el 50% de las personas que padecen depresión son diagnosticadas. Además, destaca la creciente prevalencia de los consumidores problemáticos de alcohol en EEUU, los cuales se espera sigan en aumento a medida que aumenta la población envejecida”, explicó la Dra. Díaz-Valdés.

En relación con el consumo de alcohol en este segmento etario, el Dr. Calvo explica que la actual generación de gente con 60 años o más son una de las que más beben alcohol en el país de Norteamérica, incluso controlado por la disminución de consumo propio de la edad.

En la reciente investigación se identifican dos tipos de consumidores de alcohol: aquellos que beben de manera moderada y en compañía, y quienes consumen mayores cantidades en solitario dentro de sus viviendas.

El estudio analiza datos de más de 27.000 estadounidenses mayores de 50 años a lo largo de 14 años para investigar la relación entre la jubilación y la depresión, considerando el papel mediador del consumo de alcohol. Los resultados indican que la jubilación se asocia con un aumento en los síntomas depresivos. Al respecto, la Dra. Díaz-Valdés explica que “las personas se definen en base a los roles que ocupan y que el rol laboral suele ser el de mayor duración e impacto, por lo que cuando se deja de trabajar se pierde ese rol, por lo que necesariamente se ven enfrentados a un proceso de adaptación, lo que en muchos casos produce estrés”.

Así, el estudio sugiere que las personas que se jubilan tienen un mayor riesgo de sufrir depresión que las que siguen trabajando, pero un vaso de vino ocasional puede ayudar a mejorar su estado de ánimo a través de la socialización. “El consumo moderado está asociado con síntomas de depresión menores. En cambio, los que beben en mayores cantidades pueden acentuar sus rasgos depresivos, por lo que es fundamental trabajar en la búsqueda de mecanismos saludables para lidiar con el estrés”, explica la Dra. Sellers.

Por su parte, la Dra. Díaz-Valdés destaca la importancia del envejecimiento productivo y hace un llamado a las comunidades, familiares y gobiernos locales en general a prestar apoyo a las personas mayores para que puedan realizar actividades significativas tanto dentro como fuera del hogar, como leer, hacer deportes, juntarse con otras personas, hacer ejercicio, participar de actividades comunitarias, entre otras.

La académica enfatiza en la importancia de detectar estos problemas a tiempo, afirmando que “se necesita, en Estados Unidos, y el mundo en general, mejorar las herramientas diagnósticas de depresión y consumo problemático, con foco en personas mayores, y hacer la aplicación de estas rutinarias entre profesionales de la salud”. Lo anterior es clave para mejorar las cifras de prevalencia a cifras más cercanas a la realidad y poder ver la real magnitud del problema.

Los especialistas destacan las consecuencias negativas que tienen tanto la depresión como el consumo de alcohol en personas mayores, y la necesidad de trabajar en colaboraciones público-privadas para disminuir los costos sociales y económicos asociados a estos temas.

La investigación, publicada en la revista Aging and Mental Health, lider en gerontología, ha sido ampliamente difundida en medios internacionales, como Taylor and Francis press, y publicada en los sitios Científic Aging and Mental Health, The Times UK, The US News World Report y Daily News, entre otros.