Liderazgo y poder
El Dr. Nicolás Ocaranza, vicerrector Académico U. Mayor realiza columna de opinión en La Tercera , 17 de septiembre 2022.
En la historia hay figuras políticas que, aun contando con gran poder, no pudieron liderar. Pero también hay quienes, en contexto adversos, lideran. Mijail Gorbachov y la reina Isabel II formaron parte de este selecto grupo.
A pesar de sus diferencias, ambos fueron líderes de los gobiernos más influyentes de la historia del siglo XX, al encabezar verdaderos imperios, construidos como enormes estructuras geopolíticas globales. Ambos tomaron decisiones trascendentales para el futuro de la política y la economía mundial, con realismo y decisión.
Cuando Isabel II recibió la corona británica en 1952, Reino Unido vivía los efectos de la posguerra. Cuando Gorbachov asume el liderazgo de la URSS, el régimen soviético era un imperio moribundo.
Durante el reinado de Isabel II, Reino Unido recuperó una posición de hegemonía internacional, teniendo a la realeza como un elemento fundamental para su estabilidad social e institucional.
Gorbachov, por su parte, inició un ambicioso plan de reformas económicas, conocido como perrestroika, que, sin planteárselo, pavimentó el camino a la democratización de los regímenes comunistas en Europa del Este.
Tanto la reina británica como el último líder del régimen soviético cometieron errores, tácticos, políticos y comunicacionales; sin embargo, gobernaron con liderazgo al tomar decisiones complejas, muchas veces impopulares y desaconsejadas.
El poder es un arma de doble filo. Los líderes que dejan huella en la historia saben usarlo con discreción, y entienden que el poder es una capacidad que requiere conducción si se quieren alcanzar objetivos nobles y duraderos. Ojalá nuestros líderes aprendan de estas vidas y comprendan que en la política hay caminos que no siempre confluyen. Para que las expectativas se vuelvan realidad hay que entender primero que gobernar implica negociación y renuncia, y que como la historia lo demuestra, de tanto pregonar el avanzar sin transar finalmente se pierde el poder, el gobierno y la confianza de los gobernadores.