"Eutanasia": carta del prof. Cristóbal Hasbun
Carta al director publicada por El Mercurio el 16 de junio de 2018
Señor Director:
La compasión es una virtud humana que no está puesta a prueba de manera auténtica cuando la persona sobre la cual recae piensa o siente como uno quisiera, sino precisamente cuando aquello que pide escapa a nuestro entendimiento. Esa es la verdadera prueba. Ese es el sufriente límite al que una persona lleva la decisión sobre su existencia, la cual debe ser respetada no solo como reconocimiento a su autonomía y dignidad, sino por empatía.
Es por lo anterior que sugiero que cuando se debata de eutanasia se mire el problema a los ojos. No debemos confundirlo con la prohibición de encarnizamiento terapéutico, porque la validez de dicha prohibición es evidente por sí misma y nadie sensato estaría dispuesto a suprimirla. La eutanasia se trata de algo distinto. Se trata de una persona que pide su muerte, a pesar de que su cuerpo le permita continuar viviendo muchos años. A menudo se trata de casos en que la persona sufre padecimientos físicos y psicológicos insoportables y no puede ejecutar tal acción por sí misma. Las personas que solicitaron la eutanasia ante la Corte Europea de Derechos Humanos, al narrar sus sufrimientos, frecuentemente usaron la misma expresión: "Siento como si me estuviesen torturando".
Lo que se encuentra en el fondo en esta discusión es el tabú de la muerte y el límite de nuestra empatía. Es reconocer que algunas personas que nos rodean pueden discrepar respecto de algo tan elemental y sensible como es el sentido de la vida, y pedir que en casos límite su voluntad sea respetada. Es en ese momento cuando se pone a prueba verdaderamente nuestra capacidad de pensar en el otro. Entonces los versos de Walt Whitman vuelven a recobrar sentido: "Quien camina una legua sin comprensión camina hacia su propio funeral envuelto en su sudario".
Cristóbal Hasbun L.
Académico de la Escuela de Derecho
Universidad Mayor