Metodología// Conoce las claves del proyecto que busca innovar en la forma en que aprenden los estudiantes U. Mayor
En una primera etapa, el Proyecto de Innovación Curricular, a cargo de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios, se está desarrollando en el Núcleo de Ciencias Biológicas. Su objetivo es fomentar el aprendizaje activo para que la experiencia en el aula esté en línea con los desafíos profesionales actuales.
Pasar de los paradigmas de enseñanza expositivos y frontales al aprendizaje activo. Esa es la idea del Proyecto de Innovación Curricular que la Facultad de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Mayor se encuentra desarrollando en el Núcleo de Ciencias Biológicas, con el propósito de que los estudiantes tengan una experiencia de aprendizaje de calidad y a la altura de los desafíos académicos y profesionales actuales.
La iniciativa, que forma parte del acuerdo que suscribió nuestro plantel con la unidad Abdul Latif Jameel World Education Lab (J-WEL) del Massachusetts Institute of Technology (EE.UU.), busca actualizar progresivamente el currículum de este Núcleo, rediseñando resultados de aprendizaje e implementando metodologías activas.
“Con este proyecto, la metodología de enseñanza cambia. Antes los estudiantes tenían que definir y describir conceptos. Hoy tienen que aplicar”, resume la Dra. Paula Vizoso, Directora del Núcleo de Ciencias Biológicas, quien detalla que el programa se estructura en cátedras, talleres e instancias de laboratorio.
En tanto, Nicolás Olguín, coordinador de Innovación Educativa de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios, explica que “alejándonos de los paradigmas de enseñanza expositivos y frontales, estamos instalando el giro hacia el aprendizaje activo, pues a través de este es posible desarrollar habilidades que van más allá de acumular contenidos”.
En concreto, el académico indicó que “el aprendizaje activo apunta a poner en práctica los saberes durante el proceso de aprendizaje, con el fin de que el estudiante, al mismo tiempo que estudia los conceptos propios del área, tenga la posibilidad de resolver problemas, reflexionar sobre la práctica y desarrollar el pensamiento crítico y creativo, entre otros elementos que al día de hoy forman parte de lo que la literatura ha llamado habilidades para el siglo XXI”.
“Estas habilidades son relevantes para las complejidades que enfrentan los profesionales y académicos hoy en día en sus distintas áreas, y la Universidad debe ser un espacio de desarrollo de dichas habilidades. Si bien tienen su lugar, los medios de enseñanza más tradicionales no suelen fomentar este tipo de prácticas”, agregó.
Así, durante las cátedras, los estudiantes se familiarizan con los contenidos del curso a través de exposiciones del académico, motivándolos con herramientas digitales (clickeras) y generando discusiones en pequeños grupos y plenarias (análisis de estudios de casos).
Luego, en talleres de aprendizaje activo (game learning), se enfocan en la resolución de problemas reales relacionados con la unidad correspondiente, desarrollando sus habilidades técnicas y analíticas, y poniendo en práctica los conceptos aprendidos.
Finalmente, en actividades prácticas realizadas en los laboratorios, los jóvenes adquieren habilidades básicas de investigación, razonamiento científico y uso de herramientas cuantitativas.
Genética y Biotecnología
La primera etapa del Proyecto de Innovación Curricular está dirigida a los estudiantes de Agronomía e Ingeniería Forestal que cursan la asignatura Genética y Biotecnología.
Una de las actividades de laboratorio que estos alumnos realizarán a lo largo del semestre es la fenotipificación de variedades de tomate, desde la germinación hasta la aparición del fruto. “En ese sentido, los estudiantes deberán describir, estudiar y analizar las diferentes características de la planta y sus frutos, no solo mediante la observación, sino que también mediante la utilización de herramientas moleculares”, afirmó la Directora Vizoso.
Otra actividad diseñada para ellos consiste en observar el efecto mutagénico de los rayos UV y, por otro lado, la identificación en ellos mismos del fenotipo superdegustador.
Pero el programa busca ir más allá del aula, pues motiva a los estudiantes a transferir sus aprendizajes en su entorno cercano. Para ello, los académicos han implementado tres actividades que los futuros profesionales deben desarrollar en su círculo familiar y social, aplicando lo aprendido en clases y reportándolo en Instagram a través del hashtag #ncbumayor.
Por último, para que los estudiantes sean capaces de visualizar la aplicabilidad de lo aprendido, al finalizar el curso deben diseñar un proyecto relacionado con genética y genómica, presentarlo y “venderlo” mediante el formato “elevator speech”, en el cual los jóvenes evalúan los pros y los contras de las técnicas utilizadas de acuerdo con necesidades de mejoramiento genético.