Salud// Estudiantes de Enfermería cuentan la desafiante experiencia de realizar sus internados en medio de la pandemia
Son, a juicio de su coordinadora, parte de la “primera línea” de la salud. Las futuras profesionales U. Mayor han debido enfrentar complejidades como la incertidumbre, el estrés y el tomar distancia de sus familias. Pese a todo, consideran que es motivante y gratificante el poder contribuir, desde sus lugares de trabajo, a superar esta emergencia sanitaria.
Cuando Fernanda Pérez, estudiante de Quinto Año de Enfermería U. Mayor, comenzó a realizar su internado en el Cesfam de La Pincoya (Huechuraba), a principios de marzo, nunca pensó que tendría que apoyar al equipo de salud en una situación completamente inédita: una pandemia por el coronavirus Covid-19.
Hoy, dos meses después del inicio de la emergencia, Fernanda y otras alumnas de la carrera enfrentan un complejo escenario en los centros asistenciales donde desarrollan sus internados, con cientos de personas esperando por una atención, recursos limitados y teniendo contacto, aunque bajo estrictas medidas, con pacientes portadores del virus.
“Ha sido súper complejo, sobre todo cuando empezó nuestro internado, porque además del Covid-19 surgió la campaña de vacunación contra la influenza. Entonces el Cesfam se llenó mucho. Las filas eran eternas, a pesar de que había muchos puestos para inmunizar”, comenta Denisse Molina, también estudiante de la Escuela de Enfermería U. Mayor, quien realiza su pasantía en el Cesfam Padre Alberto Hurtado de Macul.
Fernanda Pérez cuenta algo similar: dice que para todas las internas esta etapa ha sido difícil, porque “el contexto te pone en un ambiente de estrés, por no saber lo que va a pasar. No sabemos si vamos a terminar este año o no”. Sin embargo, destaca que “es gratificante la parte de que uno siente que está ayudando, sobre todo considerando la pandemia, porque es distinto a cuando haces la práctica; en el internado estás mucho más cerca de ser profesional”.
"Aporte al país"
Coincide Carolina Faure, coordinadora de Prácticas de la Escuela de Enfermería, quien declara que “he visto a las estudiantes muy motivadas. Desde un principio manifestaron mucho interés por aportar al país y a la Enfermería desde lo que ellas pueden hacer”.
Y agrega que “han aprendido mucho, les ha cambiado la manera de ver las cosas; esta experiencia ha sido súper grande y siento que desde el punto de vista profesional les va a servir muchísimo para entender cómo se organiza un centro de salud y cómo funciona bajo condiciones especiales de pandemia”.
Si bien no han debido atender directamente a pacientes con la enfermedad, las jóvenes sí han tenido que tomar exámenes. Eso, a juicio de ellas, ha sido desafiante.
“Hemos acompañado a la enfermera a tomar muestras de Covid-19 y lamentablemente es como una especie de ley que cuando uno va a tomar el examen, siempre es positivo, debido a que la capacidad de contagio del coronavirus es alta”, detalla Denisse Molina. Mientras, Fernanda Pérez cuenta que "al principio estaba tranquila haciendo estos exámenes, porque pensaba que soy joven y no tengo enfermedades de base, pero cuando pasó el tiempo y se empezó a descontrolar todo y moría gente de todas las edades, ahí me empezó a dar miedo”.
Carga emocional
La experiencia de trabajar en Cesfam no solo ha sido un reto a nivel profesional, sino que también personal, por distintas razones, según afirma Denisse.
“Creo que la carga emocional ha sido más difícil aún, porque hay personas que nos ven con el uniforme y piensan que somos portadoras del Covid. No saben que nosotros hemos tomado medidas de protección. Eso ha sido complejo, porque desde que empecé a hacer prácticas, nunca nadie estaba pendiente de cómo estaba vestida o me miraban feo. Igual ha sido incómodo estar en el transporte público y que las personas te estén mirando así como ‘oiga, está contagiada’”, dice.
Además, el hecho de trabajar en Cesfam ha repercutido en su día a día, pues todas las actividades las tienen que hacer con el doble o triple cuidado, como el lavado de manos y mantener la distancia.
“Yo ni siquiera saludo a mi familia con el codo, solamente les digo ‘hola’, eso es todo. Y, por otro lado, a veces vienen pacientes y no solamente te cuentan cosas de su control, también te cuentan cosas tristes de su vida, pero uno no puede tocarles ni el hombro, no puedo tener esa cercanía que podría tener en otros casos de la atención primaria”, lamenta Denisse.
Valentina Oyarce, también interna de Enfermería en el Cesfam de La Pincoya, ha notado un clima distinto en el centro de salud. “En los últimos días las personas han andado mucho más débiles emocionalmente. Se nota cuando uno entra al box que la gente está mucho más nerviosa y asustada. Creo que todos estamos un poco afectados emocionalmente, porque la pandemia va cada día aumentando”, asegura.
Falta de conciencia
Y aunque la relación con los pacientes en general ha sido muy buena, las estudiantes también se han llevado decepciones.
“Un día fui a tomar muestras de Covid a una familia grande, un caso que me marcó por la irresponsabilidad de las personas. Hicieron una fiesta y las personas que fueron a la fiesta sabían que había una persona que era positivo. Después del encuentro, algunos salieron, otra se hizo las uñas... e incluso una de esas personas tuvo contacto con alguien que era trasplantado de pulmón”, recuerda la interna.
“Entonces, uno dice cómo es posible que la gente llegue a ese extremo. ¿Qué sentido tiene hacer las cosas bien y tomar todas las precauciones en los centros de salud, si la gente se comporta de forma irresponsable?”, agrega Valentina.
Pese a las complejidades, asegura que “siempre pensé en hacer este internado, porque estamos en una pandemia, en algo que afecta a nuestro país y como estudiante de Enfermería no me podría haber quedado en la casa”.
La profesora Faure, en tanto, destaca que la experiencia “ha sido súper enriquecedora para ellas, porque esto no lo van a volver a vivir… esperemos”.
“Y desde el punto de vista personal, por supuesto que también les ha servido, se han expuesto más que el resto; han estado ahí, finalmente, en la primera línea”, concluye.