Estudio reveló impactantes diferencias en las intenciones de posponer la edad de jubilación entre hispanos y no hispanos en EE.UU.

Indicadores socioeconómicos son los principales factores que afectan en las diferencias entre ambos grupos, según la investigación liderada por la académica de la U. Mayor, Dra. Antonia Díaz-Valdés, en la cual fue coautor el Dr. Esteban Calvo, decano de Ciencias Sociales y Artes. Este trabajo proyecta lo que podría ocurrir en Chile dado el fenómeno migratorio que se vive actualmente.


Un estudio, liderado por la académica del Centro de Investigación en Sociedad y Salud de la Universidad Mayor, Dra.  Antonia Díaz-Valdés, quiso explorar por primera vez las diferencias en los determinantes de la intención de posponer la edad de retiro pasados los 65 años entre hispanos y no hispanos en EE.UU. Esto, dado que la proporción de hispanos ha ido en aumento y se espera siga aumentando, se proyecta como el grupo minoritario de mayor volumen en las próximas décadas.

Utilizando datos del Estudio de Salud y Retiro de EEUU que se recolectan cada dos años desde 1992, obtuvieron una muestra de 3.663 hispanos no institucionalizados con edades entre los 55 y los 61 años, y de manera aleatoria seleccionaron una muestra del mismo tamaño de no hispanos que cumplieran los mismos requisitos. A través de un análisis de regresión y descomposición, se exploraron no solo cómo diversos factores se presentan diferencialmente en ambos grupos, sino que además los factores que explican esas diferencias.

El equipo encontró que los no hispanos tienen mayor probabilidad de querer posponer el retiro y que existen diferencias significativas con los hispanos respecto a indicadores económicos como deuda, nivel educacional y nivel educacional de sus padres.

“Lo que generaba la mayor diferencia era el monto de deuda y si es que tenían o no cuentas de ahorro adicionales para el retiro, lo que está sujeto al empleador. Históricamente los hispanos han estado sobrepresentados en empleos informales, por lo tanto, tienen menor acceso a esos beneficios”, comentó el Dr. Calvo, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Artes de la Universidad Mayor y coautor del estudio.

La salud usualmente ha sido un factor determinante para el retiro anticipado. En esta muestra, los investigadores encontraron que para los hispanos era menos probable que pospusieran el retiro si es que tenían limitaciones físicas que no le permitieran trabajar.

En ambos grupos, ser propietario de una vivienda disminuía la probabilidad de querer posponer el retiro, pero esa caída era mayor para los hispanos que para los no hispanos.

Las deudas sí afectaban la intención de posponer el retiro para los no hispanos, pero no para los hispanos, pese a su alto nivel de endeudamiento. “La hipótesis que estamos trabajando en ese sentido es que el nivel de endeudamiento en hispanos es tan alto que pasa a ser naturalizado. En cambio, en este otro grupo, al no ser tan alto, es algo más latente”, agregó la Dra. Díaz-Valdés.

Tener beneficios como APV, ahorros complementarios y seguro de salud era muy significativo, por tanto, quienes tienen esos beneficios en ambos grupos no buscan posponer el retiro, dado que tienen más seguridad financiera y mayor acumulación de riquezas.

Otro de los datos que arrojó la investigación es que las mujeres hispanas y no hispanas tienen menor probabilidad de posponer la edad de retiro. La disminución de la probabilidad era aún mayor para las no hispanas, lo que se explicaría por las labores de cuidado que asumen principalmente mujeres, ya sea de nietos o parientes enfermos.

Los hispanos que nacieron en Estados Unidos, de segunda y tercera generación, tienen menor probabilidad de querer posponer el retiro en comparación a sus padres. Esto responde a las historias migratorias y a la posibilidad de acceso a beneficios y acumulación de riqueza, dijeron los autores.

“Las diferencias reflejan las desventajas acumulativas que experimentan los hispanos a lo largo de su vida. Estos grupos desfavorecidos tienden a experimentar inseguridad financiera durante la jubilación, lo que impacta directamente en su salud y bienestar”, sostuvo la Dra. Díaz-Valdés.

Este estudio utiliza un enfoque innovador al analizar el origen étnico y el fenómeno migratorio como factores principales y no solo de control, y da luces de lo que podría suceder, por ejemplo, con el fenómeno migratorio en Chile.

La proporción de migrantes en nuestro país ha aumentado exponencialmente, alcanzando un 7.5% en 2021, comparado a un 4.4% en 2017. Están concentrados en trabajos con salarios más bajos y presentan mayores tasas de pobreza en comparación a los chilenos, lo cual afecta otras esferas como acceso a salud, cotizaciones, entre otros.  Sin embargo, los migrantes en Chile tienen niveles de educación más altos que los chilenos y, a pesar de eso, menores oportunidades laborales y mayor inequidad laboral.

“El perfil de migrantes que está llegando a Chile es muy similar y las condiciones en que están llegando actualmente ha sido el mismo. Los hispanos llegaron a EEUU sin un adecuado manejo del idioma, con menores niveles educacionales, luego de un auge en el mercado laboral, y se enfrentaron a limitadas oportunidades laborales, lo que a su vez limitó el acceso a salud y educación. Además, es un grupo que ha ido envejeciendo y que con el tiempo ha ido llevando a sus padres de mayor edad a vivir con ellos, poniendo a este grupo en particular desventaja, debido a que no pueden acceder a pensiones ni beneficios de salud ofrecidos por el Estado”, dijo la Dra. Díaz-Valdés.

Para la investigadora, es importante generar evidencia y aprender de las experiencias de otros países. “En el caso de Chile sería importante generar información cuantitativa y cualitativa acerca del perfil de migrante que está llegando, su preparación y expectativa de retiro para tener un contexto y prepararnos”, comentó.

Por su parte, el Dr. Calvo recalcó la importancia de anticipar cómo afectará la ola migratoria actual a las jubilaciones en Chile, sugiriendo que “el conocimiento adquirido a través de este estudio es un primer paso para informar el diseño de políticas inclusivas que acojan a la diversidad creciente, aseguren el bienestar de todos los futuros jubilados y garanticen la estabilidad del sistema”. Este llamado a la acción no solo apunta a la creación de estrategias proactivas por parte de los formuladores de políticas, sino que también invita a la sociedad civil a dialogar sobre la inclusión y el soporte a las comunidades migrantes en el contexto de la jubilación.