Cinco investigadores U. Mayor participan en la constitución de la nueva Sociedad Chilena de Bioinformática
La recién creada organización es la sexta de su tipo en Sudamérica y está compuesta por académicos y estudiantes de diversas instituciones del país, quienes se agruparon para difundir el trabajo que realizan en torno a esta disciplina, incluidos muchos aportes en la lucha contra el Covid.
Este mes se anunció la formación de la Sociedad Chilena de Bioinformática (SCB), una corporación científico-profesional multidisciplinaria, autónoma, pluralista y laica, fundada por 39 investigadores, profesionales y estudiantes de diversas instituciones de Chile, entre los que destacan cinco investigadores de la Universidad Mayor: Alberto J. Martín, Claudia Silva, J. Eduardo Martínez-Hernández, Mauricio A. Sáez y Elena Vidal.
En su carta de descripción presentada a las autoridades, los académicos se definen como “socios y socias que se dedican a la investigación, educación, divulgación y desarrollo científico mediante la bioinformática, biología computacional, biología estructural, quimioinformática, química computacional, bioingeniería, genética, genómica y, en general, a las ciencias de la computación con enfoque en la comprensión de fenómenos de la naturaleza”.
Y agregan: "Nuestro interés como Sociedad es resaltar el papel de esta disciplina en la cultura científica y tecnológica de Chile, generar instancias de diálogo, incentivar la formación de capital humano avanzado, contribuir en el desarrollo científico con enfoque y responsabilidad social, fomentar la conservación del patrimonio natural, cultural, científico y tecnológico del país, y promover la vinculación, colaboración y cooperación entre entidades científico-tecnológicas y de innovación, públicas o privadas, tanto a nivel nacional como internacional”.
Alberto J. Martín, investigador del Centro de Genómica y Bioinformática (CGB) de la Universidad Mayor, será el tesorero de la recién creada agrupación y comenta que “la bioinformática es una ciencia interdisciplinaria que integra elementos de la informática, bioquímica, física, matemáticas y ciencia de datos, y hasta ahora existe una carencia de identidad propia en Chile. Gracias a esta sociedad pretendemos reivindicar la bioinformática como ciencia”.
También explica que, a partir de la pandemia, en el área de la epidemiología se han desarrollado herramientas de trazabilidad de pacientes, proyecciones de infección, simulaciones de capacidad hospitalaria y estimaciones sobre las medidas de confinamiento como mecanismos preventivos. “Indudablemente, sin la bioinformática el impacto del COVID-19 en el mundo sería mucho más dramático de lo que ha sido”, comenta el académico del CGB.