Académica del CISS analizó la influencia del tiempo de lactancia en el peso futuro de los bebés
El estudio, en el que participó la Dra. Estela Blanco, determinó que no existe una relación entre la lactancia materna exclusiva y un menor IMC en bebés chilenos de ingresos bajos a medios, resultado que va en línea con la evidencia científica de países en desarrollo.
No hay duda de que la lactancia materna es beneficiosa, tanto para la madre como para el bebé, pero no necesariamente para el estado nutricional del niño en el largo plazo. Esa es la conclusión del estudio en el que participó la académica del Centro de Investigación en Sociedad y Salud de la Universidad Mayor, la Dra. Estela Blanco, tras analizar la influencia del tiempo de lactancia exclusiva en el estado nutricional futuro de los menores.
La investigadora evaluó a lactantes chilenos durante los años 1994 y 1996 pertenecientes a familias con ingresos medios a bajos de las comunas de La Florida, Puente Alto, San Miguel, Macul y otras del sector Sur Oriente de Santiago. El grupo fue evaluado desde los 6 meses hasta el año, luego a los 5 años, a los 10, a los 16 y a los 23 años.
Tras el seguimiento, el equipo encontró que la asociación entre la duración de la lactancia materna y un IMC bajo posterior era débil y desaparecía después de los 5 años, lo que está en línea con la evidencia científica de países en desarrollo.
“Vimos una relación protectora (a mayor lactancia materna exclusiva, menor índice de masa corporal), pero solo al año y a los 5 años y luego desaparece, lo que es esperable, porque una exposición temprana influye en un efecto más próximo. La duración de la lactancia materna es más importante para el estado nutricional al año y va siendo menos importante a lo largo de la vida”, dijo.
La autora sostuvo que “se da por hecho que la lactancia materna ayuda a reducir la obesidad infantil. No hay dudas que hay muchos beneficios para el recién nacido, para la mamá, en la salud a largo plazo, pero específicamente en términos de obesidad y estado nutricional, no hay un consenso científico muy sólido”.
Estos hallazgos, publicados en la revista Nutrients, pueden reflejar la importancia de otras variables no medidas que influyen en un IMC posterior, como, por ejemplo, la actividad física infantil, características maternas y el entorno social, explicó Blanco.
“A pesar de la falta de evidencia de un efecto protector claro de la lactancia materna para un IMC más bajo, los beneficios para otros resultados de salud infantil y materna a corto y largo plazo son inequívocos y se debe seguir fomentando la lactancia materna”, puntualizó.