Megasequía causa impacto sin precedentes en el crecimiento del bosque esclerófilo chileno
El Dr. Alejandro Venegas lideró la investigación que reveló los efectos de la escasez hídrica en el crecimiento de este tipo de bosques de la zona central de Chile, a través del estudio de los anillos de árboles de peumo y belloto del norte. El equipo, perteneciente al Centro de Observación de la Tierra Hémera U. Mayor, identificó al año 2002 como el momento en que se produjo un punto de quiebre en el decaimiento de estos árboles.
El peculiar ecosistema de los bosques mediterráneos de Chile Central, únicos en Sudamérica, concentra una invaluable biodiversidad de plantas y animales que sólo pueden ser encontrados en este lugar.
Allí, un equipo del Laboratorio de Dendroecología y Cambio Global del Centro de Observación de la Tierra Hémera de la Universidad Mayor, analizó el impacto de la megasequía en el crecimiento del bosque esclerófilo, a través del estudio de los anillos de los árboles de dos especies nativas: el peumo y el belloto del norte.
A pesar de que los bosques esclerófilos son altamente resistentes a las sequías, la investigación reveló que los árboles estudiados experimentaron un decaimiento generalizado y la alteración de la dinámica natural de sus bosques, debido principalmente a los efectos acumulativos de la intensa sequía que existe desde 2010.
Alejandro Venegas, Doctor en Ciencias mención en Conservación de Ecosistemas Forestales, y quien lideró el estudio, cuenta que observaron “una disminución progresiva del ancho de los anillos a partir del 2002, la que se acentúa desde el 2010 a la fecha”.
Si bien sospechaban con lo que se encontrarían, la magnitud de los resultados alertó a los científicos, pues “no sabíamos que el decaimiento (disminución del crecimiento) era tan abrupto”, agrega el investigador.
Otro efecto sorprendente detectado por el equipo fue “el efecto del año extremo seco 2019 en las comunidades higrófilas (especies arbóreas asociadas a condiciones más húmedas de las laderas de los cerros), el cual muestra un evidente deterioro en las copas de los árboles, con muchos individuos muertos de peumos”, destaca Venegas.
Foto: Anillos de árboles. Crédito: Alejandro Venegas.
Reconstruyendo el clima
La dendrocronología, ciencia que estudia los anillos de crecimiento de los árboles, fue el método principal usado por los investigadores para estudiar la sensibilidad anual del crecimiento de los árboles de peumo y belloto del norte a la variación del clima.
Alejandro Venegas explica que los anillos en los árboles se forman cada año como resultado de la variación estacional del clima, registrando patrones de crecimiento, reclutamiento y mortalidad de los árboles, por lo que son indicadores claves para el estudio de la dinámica natural de los bosques y su respuesta al cambio climático.
Las muestras del estudio fueron tomadas en 19 poblaciones de árboles esclerófilos en 15 sitios a lo largo de 400 kilómetros de gradiente altitudinal y ubicados desde el cerro Santa Inés en la Región de Coquimbo hasta San Javier en la Región del Maule. Cada muestra de madera fue procesada usando métodos dendrocronológicos estándar, que involucran una cuidadosa preparación en el laboratorio, incluyendo su secado, fijación en tablillas de madera, lijado y análisis.
Foto: Altos de Cantillana. Crédito: Alejandro Venegas.
El investigador explica que el decaimiento de los árboles detectado en el estudio “está asociado tanto a la disminución de la precipitación de invierno como al aumento de la temperatura en verano”. Además, agrega, observaron “que la disminución de la temperatura mínima en invierno también afectó el crecimiento de los árboles de la especie belloto del norte”.
Los resultados del estudio, publicados en la revista académica Ecosystems, ayudan a comprender mejor cómo el bosque esclerófilo de la zona central de Chile está respondiendo al cambio climático, en particular a la sequía.
Sin embargo, “es necesario continuar investigando los diferentes bosques de Chile central para conocer las capacidades de adaptación frente al cambio global, utilizando diferentes aproximaciones metodológicas en diferentes escalas (desde las semillas y suelo hasta las comunidades arbóreas usando teledetección)”, señala Venegas.
Junto con ello, el investigador afirma se deben tomar medidas para mitigar el impacto evidenciado, promoviendo la silvicultura y restauración ecológica en los bosques con mayor mortalidad de árboles.