El valor de ser un estudiante integral: un desarrollo que trasciende lo académico

La vida universitaria representa una experiencia fundamental en la formación profesional de cualquier persona. Sin embargo, su significado va mucho más allá de la adquisición de conocimientos técnicos y disciplinares; la universidad es también un espacio privilegiado para el desarrollo personal y social. Ser estudiante universitario implica aventurarse más allá de los límites del saber convencional, es asumir un compromiso profundo con el crecimiento integral como ser humano.
En un mundo complejo y en constante transformación, las sociedades requieren profesionales competentes, pero también personas empáticas, responsables, creativas y comprometidas con su entorno. Si bien la formación académica constituye una pieza clave de este proceso, es la formación humana la que verdaderamente le otorga sentido y trascendencia al desafío de ser un estudiante universitario integral.
En el entorno académico, la construcción de nuevos saberes se entrelaza con un compromiso profundo hacia la transformación personal, condición necesaria para la formación integral. Este desarrollo implica cultivar no solo la mente, sino también el carácter y la sensibilidad social. A lo largo de este camino, se adquieren y consolidan conceptos esenciales para la disciplina en estudio, pero igualmente es clave desarrollar la capacidad de pensar críticamente, actuar con ética, dialogar con respeto y valorar la diversidad como una fuente de riqueza y oportunidades. Es fundamental comprender que el conocimiento adquiere su máximo valor cuando se pone al servicio de los demás, una máxima intrínseca que está en el corazón del "oficio de estudiante integral".
La integralidad se manifiesta al asumir cada experiencia, incluso aquellas que parecen ser muy desafiantes, como valiosas oportunidades de crecimiento personal y profesional. Implica aprender a gestionar el tiempo de manera efectiva, colaborar en equipos diversos, aprender a escuchar activamente, dialogar constructivamente, proponer nuevas ideas y liderar con responsabilidad y humildad.
En este camino, la universidad se erige como un espacio privilegiado para transformar el conocimiento en sabiduría, y la vida misma en una oportunidad para construir, junto con otros, un futuro más justo, ético y humano.
Ser un estudiante integral es, en esencia, una elección personal, una actitud proactiva ante el aprendizaje y una forma particular de interactuar con el mundo. La invitación es a aprovechar al máximo todas las herramientas y los espacios que la universidad ofrece. Participar activamente en las comunidades estudiantiles, clubes, agrupaciones, centros de estudiantes, academias científicas, talleres deportivos, voluntariados y muchas otras opciones, facilita la transición de ser un simple estudiante universitario para desarrollarse plenamente como un estudiante integral, con vocación por el aprendizaje y el compromiso social. Desarrollar el oficio de estudiante.
Dr. Alejandro Ducassou Varela
Director Regional Académico
Universidad Mayor sede Temuco