Tratamientos para la infertilidad: ¿Cuáles son y cómo acceder a ellos?
La académica de Obstetricia y Puericultura de la Universidad Mayor sede Temuco, Bernardita Sepúlveda, dice que en la actualidad hay buen acceso a las diferentes terapias, incluidas las técnicas de fecundación asistida, que se dividen en baja complejidad, como la inseminación intrauterina, y alta complejidad, como la fecundación in vitro, entre otras.
Según detalla Bernardita Sepúlveda, docente de la carrera de Obstetricia y Puericultura de la Universidad Mayor sede Temuco, la infertilidad “afecta, aproximadamente, al 10% de las parejas en edad fértil que no pueden lograr el embarazo al término de un año”.
Esto, también se asocia a su edad, especialmente en mujeres sobre los 35 años, donde se comienza a incrementar el riesgo de no embarazarse.
Actualmente, aclara la especialista, “tanto el factor femenino como masculino está en el 50%, por tanto siempre el estudio se debe realizar a ambos”. Pero, ¿cuándo es necesario recurrir a tratamientos?
Para la académica, una pareja menor de 30 años tendría que consultar a los 12 meses de estar buscando embarazarse, ya que el 80% de estas debería lograrlo en ese periodo. Pero, parejas mayores de 30deberían consultar a los seis meses, “por la caída natural de la fertilidad”.
Dependiendo de la causa, diversas son las posibilidades de tratamiento.
“Lo más frecuente en la mujer”, dice la profesional, “es la falta de ovulación, la cual se trata con medicamentos que la inducen y que en general son de bajo costo y con buenos resultados en relación a la posibilidad de embarazo”.
En los hombres, en tanto, están los factores infecciosos, que se pueden tratar con antibióticos, y también es común que exista bajo recuento espermático, frecuentemente asociado a baja motilidad. “En esos casos se puede recurrir a las técnicas de fecundación asistida”, precisa.
Tratamientos y acceso
“En la actualidad hay un buen acceso a las diferentes terapias, incluidas las técnicas de fecundación asistida”, cuenta la especialista.
Estas se dividen en baja complejidad, para casos menos severos, a través de la inseminación intrauterina, indicada especialmente para factores masculinos leves o moderados –bajo recuento espermático y alteración de la movilidad espermática–, pacientes en edad reproductiva límite o cuando no hay causa aparente de la alteración de la fertilidad, entre otros.
Y en alta complejidad, que incluye la fecundación in vitro, la criopreservación de ovocitos y embrionesy la inyección intracitoplasmática de gametos. “Esta última inicialmente se utilizó para factores masculinos severos –muy escaso número de espermatozoides o espermatozoides inmóviles–, pero hoy es la técnica más frecuente utilizada en los programas de medicina reproductiva”, aclara Sepúlveda.
Estas dos técnicas, agrega, están cubiertas –en parte– hoy por el sistema público (FONASA) y privado de salud.
Desafíos
La profesional destaca el avance que existe en los procedimientos más complejos y de alto costo, que ya están codificados por FONASA, pero insiste en la urgencia de avanzar en la prevención de las causas de pueden inducir infertilidad, donde las matronas juegan un rol importante, ya que pueden entregar una buena educación sexual.
“Con eso se previenen las enfermedades de transmisión sexual que, a su vez, tienen un importante efecto en el daño de la fertilidad, tanto en el hombre como en la mujer. También, determinar el peso de las pacientes o detectar patologías frecuentes en la mujer como es el síndrome de ovario poliquístico, asociado frecuentemente, al igual que la obesidad, a anovulación”, concluye.