AYUDA//Violencia de género, el impacto de la cuarentena por Covid-19 en mujeres y personas LGBTI
Estos grupos vulnerables viven una doble pandemia: mientras evitan el contagio no saliendo de sus casas, quedan atrapados en ellas con sus agresores. Activar redes y utilizar líneas de atención para víctimas, dice Carolina Romero, docente de Psicología de la sede Temuco, serían algunas de las herramientas con las que pueden protegerse hoy.
Las alarmas las encendió ONU Mujeres a mediados de marzo, tras observar un incremento en las denuncias por violencia de género en países de Asia y Europa, una de las consecuencias no deseadas del confinamiento implementado por las autoridades que buscan frenar el avance del Covid-19, donde América Latina y Chile no son la excepción.
Hoy, a un mes de iniciada la cuarentena en distintas comunas del país, el hogar no es un espacio seguro para muchas mujeres y personas LGBTI y así lo demuestran las cifras. Según informó el ministerio de la Mujer y Equidad de Género, SernamEG, las llamadas al Fono Orientación 1455 se incrementaron en un 50% en las últimas semanas.
Situación similar advirtió el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh, que este mes entregó cifras del impacto que han tenido las medidas para prevenir el avance del nuevo coronavirus en las personas LGBTI, donde un 38% de los encuestados reporta un incremento de la homofobia desde la llegada del Covid-19 a Chile.
Violencia de género
Por la emergencia, SernamEG habilitó esta semana el Chat 1455, el cual busca apoyar y acompañar a mujeres que son víctimas de violencia de género, a través de la atención de profesionales expertos que entregan información relevante a quienes están en confinamiento con su agresor o a personas que sean testigos de violencia.
Dicho escenario de confinamiento, explica Carolina Romero, docente de Psicología se la Universidad Mayor sede Temuco, las expone a un mayor riesgo de violencia en todas sus dimensiones —psicológica, física y sexual, principalmente—, lo que provoca sentimientos de indefensión y permanente alerta que impactan en el estado emocional de la víctima.
Asimismo, “al encontrarse en situación de aislamiento social, pueden experimentar francas limitaciones en el acceso a apoyo emocional e instrumental, a la vez que se reducen las posibilidades de control social hacia el agresor, teniendo mayores facilidades para ejercer la violencia”, precisa la psicóloga.
Si bien instituciones como Fiscalía y Tribunales de Familia, que son las principales encargadas de acoger denuncias de violencia intrafamiliar y de otorgar medidas cautelares para garantizar la protección a las víctimas, hoy no están funcionando con normalidad, los servicios telefónicos de Carabineros, PDI y SernamEG sí lo están haciendo.
Por supuesto, agrega la especialista, también es muy relevante en estos casos buscar soporte social en familiares o amistades que pueden brindar apoyo instrumental y emocional, clave para garantizar la protección de la víctima y acompañarla en el proceso judicial, si ese fuera el caso.
Niñas y adolescentes: invisibilizadas
“Niñas y adolescentes están aún más expuestas a la violencia por pertenecer a grupos más vulnerables”, dice la académica. En estos casos, la violencia puede provocar diversas reacciones emocionales, directamente vinculadas a sus características personales, el tipo de vínculo con su agresor y el tipo de maltrato sufrido.
“Es común encontrar respuestas disímiles, aunque un número importante de víctimas podría presentar respuestas de temor, sobresalto, inquietud, decaimiento, inhibición, alteraciones del sueño e irritabilidad, entre otras”, enumera Carolina Romero.
De hecho, a partir del mismo daño emocional que suele provocar la violencia, para algunas de ellas será complejo pedir ayuda, porque no logran darse cuenta de su condición de víctimas de violencia o porque se sienten culpables o responsables de la reacción violenta del agresor, lo que se entiende desde la dinámica de abuso que se instala en este tipo de relaciones.
Por ello, es vital la labor de prevención, sensibilización y orientación que se realiza mediante campañas televisivas y de otros medios de comunicación, favoreciendo la búsqueda de apoyo por parte de la víctima, ya sea en su red más cercana o en las instituciones, que actualmente han generado canales de ayuda expeditos y de más fácil acceso a través de redes sociales, por ejemplo.
Efectos dañinos para personas LGBTI
Según señala Carolina Romero, la emergencia sanitaria afecta a toda la población, producto de la incertidumbre y la ansiedad que provoca la exposición a un posible contagio y otras consecuencias como: el abrumador cambio en las rutinas, las dificultades económicas subyacentes, el riesgo de desempleo y el aislamiento social, entre otras.
“Las personas LGBTI también se enfrentan a estos estresores y se suma a ello, el estrés propio de pertenecer a una minoría que ha estado mucho más expuesta a discriminación y violencia, no solo por parte de sus pares y la sociedad en su conjunto, sino también dentro de sus propias familias, atendido el conflicto asociado a su condición u orientación sexual”, complementa la psicóloga.
Las estadísticas en materia de violencia intrafamiliar durante la pandemia, tanto a nivel internacional como en el plano local, han evidenciado un significativo aumento de este fenómeno y los especialistas han advertido el mayor riesgo al que se encuentran expuestas las víctimas, especialmente por el aislamiento y la dinámica de poder y sometimiento que recrudece en un contexto carente de control social externo y con presencia de mayores factores de estrés.
Sin embargo, “un aspecto que han reflejado los escasos estudios que se han realizado en parejas homosexuales o que incluyen miembros LGBTI, es la invisibilización de este fenómeno, a diferencia de lo que ocurre en materia de violencia hacia la mujer en contexto de relaciones heterosexuales, encontrándose, por tanto, en una condición de mayor vulnerabilidad aún, resultando más difícil, por ejemplo, buscar ayuda externa”, añade Carolina Romero.
Sobre los tipos de violencia a los que se ven expuestas las personas LBGTI, la académica sostiene: “Lo que reflejan los estudios es que si bien existen algunas semejanzas en el fenómeno de la violencia en parejas heterosexuales y homosexuales, en estas últimas se aprecia una mayor presencia de violencia física, secundada de violencia psicológica”.
Además, las personas LGBTI no solo están expuestas a sufrir violencia en la pareja, sino también de parte de otros miembros de la familia que se resisten a aceptar su identidad o su orientación sexual, con el consecuente maltrato físico y psicológico, traducido este último principalmente en ofensas, descalificaciones y rechazo afectivo.
Entonces, ¿qué pueden hacer en situaciones de violencia? Lo principal, resalta la psicóloga, es acceder a apoyo social, lo que se conoce como activación de redes, por lo que es importante contar con familiares y amistades y recurrir a ellos en caso de riesgo. También, pueden acudir a las redes de apoyo gubernamental, como los fonos de ayuda de Carabineros, PDI y SernamEG, y a redes que han surgido al alero de ONG como Movilh Chile o Fundación Iguales, resultando la vía digital la más expedita para obtener contención y un primer apoyo.
Ayuda
Las mujeres y personas LGBTI que necesiten ayuda pueden obtenerla en los siguientes números y páginas: