Envejecimiento en mascotas: ¿cómo cuidarlas cuando se hacen mayores?
Las señales que indican que un perro o un gato ha llegado a la senectud son diversas y dependerán de su raza, entre otros factores. Asistir con frecuencia al médico veterinario y una dieta y ejercicio adecuados son claves para asegurar una buena calidad de vida.
Cada vez más perros y gatos llegan a edades avanzadas gracias a los cuidados y a la tenencia responsable por parte de sus tutores. La clave está en identificar los signos y en satisfacer las necesidades que cada mascota requiere para preservar su calidad de vida durante sus últimos años.
¿Pero, cómo podemos hacerlo? Según explica la directora médica del Hospital Clínico Veterinario Docente. HOVET, de la Universidad Mayor sede Temuco, Dra. Yessica Salinas, es posible identificar el envejecimiento cuando aumentan sus horas de sueño, cuando reducen su actividad física y, en algunos casos, cuando tienen cambios de color en su pelaje, principalmente en su cara, que puede tornarse blanquecina.
“Los gatos pueden llegar a dormir incluso hasta 18 horas durante el día”, asegura la especialista, agregando que “el 28-68% de las mascotas sufre cambios cognitivos, esto genera que interactúen menos con el propietario. Asimismo, casi el 50% de los perros mayores de 12 años presenta déficit de la audición y este porcentaje aumenta a 97% en los perros mayores de 16. Además, como disminuye el metabolismo basal, puede llevar a incremento de peso y como hay menos grasa corporal pueden tener intolerancia al frío”.
Sobre si hay un momento en particular en el que entran a una edad senior, la Dra. Salinas dice que es relativo en cada especie y en cada paciente. Por lo general, “un perro de raza grande comienza a ser senior a los siete años y un paciente canino pequeño de los 11 a 12 años, mientras que los de raza mediana a los 9-10 años. Los felinos, en tanto, entran a edad senior a los 10 años y geronte a los 12”, detalla.
Lo anterior, indica la experta, dependerá de la genética del paciente, ya que la longevidad es heredable, y de los cuidados de sus tutores, vinculados a regularidad de exámenes preventivos y a si siguen o no las normas de tenencia responsable, como esterilización temprana y evitar el vagabundeo.
“Depende además de pesquisar a tiempo las diversas patologías de las mascotas, y de alimentar con alimentos de buena calidad, evitando el sobrepeso. No olvidar que las mascotas se deben continuar vacunando incluso si son senior o gerentes”, advierte.
Calidad de vida
La Dra. Salinas entrega algunas claves para cuidar a las mascotas en su vejez, entre ellas, asistir de forma frecuente al médico veterinario, al menos dos veces al año para hacer exámenes preventivos.
Asimismo, “seguir las indicaciones respecto a los cuidados dentales y de musculoesquelético, ya que estas son las patologías más frecuentes, las enfermedades periodontales y la enfermedad degenerativa articular (EDA) o artrosis. Es importante evitar el sobrepeso, siempre hacer que tengan actividad física apropiada, eso implica paseos de al menos de 20 minutos diarios, o lo que tolere la mascota. Es muy importante estimular con los juegos a nuestras mascotas. A medida que envejecen se requiere siempre se atención de especialistas para tratar a nuestras mascotas”, dice.
En esa línea, la directora de la carrera de Medicina Veterinaria de la sede Temuco, Dra. Fernanda Araneda, añade que hay que estar atentos y no confundir aquellos cambios conductuales propios de la edad con aquellos que pueden corresponder a un Síndrome de Disfunción Cognitiva, el cual se puede presentar en perros y gatos gerontes.
“Este síndrome, que tiene una etiopatogenia similar a la del Alzheimer en humanos, incluye cambios a nivel de conducta como pérdida de interés en actividades que antes el paciente disfrutaba, como el juego o los paseos, cambios en el patrón de sueño-vigilia, despertar desorientado, cambios en la conducta de acicalamiento (se pueden asear de forma menos frecuente), cambios en los hábitos de micción y defecación (en lugares que antes no lo hacían), entre otros. Este síndrome está subdiagnosticado, ya que algunos tutores creen que son cambios propios de la vejez, por lo que no se lo comentan al médico veterinario”, concluye la especialista.