Cómo prevenir las enfermedades respiratorias de invierno

Lavarse las manos con frecuencia, usar mascarillas en espacios cerrados, cubrirse la boca y la nariz al estornudar, ventilar espacios cerrados como oficinas, aulas y hogares, y vacunarse son algunas de las recomendaciones para evitar contagios por virus respiratorio sincicial, influenza y adenovirus, entre otros.


“Es crucial prestar atención a cualquier enfermedad que pueda afectar la capacidad respiratoria de las personas, ya que puede conducir a cuadros clínicos complejos”, dice el docente de la carrera de Enfermería de la Universidad Mayor sede Temuco, Wladimir Torres, sobre la proliferación de virus en invierno. 

En las últimas semanas, advierte el profesional, “la vigilancia epidemiológica de virus respiratorio ha evidenciado una alta circulación del virus respiratorio sincicial (VRS), así como la Influenza A, que se espera que aumente en las próximas semanas, y el Adenovirus y Metapneumovirus, entre otros”.

En esa línea, Torres recomienda prestar atención a niños en edad escolar y preescolar, especialmente a menores de un año, ya que son los más afectados por el VRS, y a las personas mayores, porque tienen más riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias graves en comparación con la población general.

Reconocer síntomas

Más que identificar un agente específico en el hogar, dice el académico, es crucial reconocer cuándo se presenta una enfermedad respiratoria. “Niños menores de cinco años pueden mostrar respiración rápida, hundimiento de las costillas durante la respiración, aleteo nasal (movimiento pronunciado de los orificios nasales al respirar), silbidos en el pecho, labios o uñas con tonalidad azulada o muy pálida. Ante esto, se debe buscar atención médica de urgencia”, sostiene.

También, en este grupo de edad, es común que presenten fiebre por encima de los 37,5°C, tos, estornudos, secreción nasal, irritabilidad y rechazo a la alimentación. En estos casos, se recomienda consultar a un médico.  

“Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden ser diferentes en los adultos mayores, quienes pueden manifestar fatiga, debilidad, dificultad para moverse, agitación, falta de apetito y rechazo a la comida. También pueden experimentar tos o dolor de cabeza. Ante estos hallazgos, es fundamental buscar atención médica. Además, si presentan una temperatura igual o superior a los 38°C, confusión o cambios en su comportamiento habitual, sensación de falta de aire y dificultad para controlar la micción o defecación, deben acudir al servicio de urgencias”, añade el especialista.

Otro grupo considerado de riesgo son las embarazadas, en quienes la recomendación es asistir a un servicio de urgencias en caso de presentar temperatura igual a 38°C o superior, sensación de ahogo o dificultad para respirar. Por otro lado, deben buscar ayuda médica al presentar tos, congestión nasal o dolor de garganta, siendo estos síntomas y signos más leves, pero que igualmente requieren de una evaluación médica.

Servicios de salud

En cuanto al uso de los servicios de salud, explica el docente, es relevante recordar a la población que no solo se limita a los servicios de urgencia en hospitales de alta complejidad, tanto públicos como privados, sino también a otros dispositivos como los Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad (SAR), los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) o los Centros de Salud Familiar (CESFAM) en el ámbito público, así como las consultas ambulatorias en el sector privado.

Esto es especialmente relevante para aquellos pacientes que presenten signos o síntomas menos graves de enfermedades respiratorias, ya que la atención en los servicios de urgencia se basa en la gravedad de la condición de salud y no en el orden de llegada.

-¿Cómo podemos prevenir?

-Las personas deben lavarse las manos con frecuencia durante al menos 20 segundos utilizando agua y jabón, ya que, por ejemplo, el VRS puede permanecer en las superficies durante varias horas. El uso de mascarillas es obligatorio para mayores de 5 años en espacios cerrados de establecimientos escolares y se recomienda ampliamente para la población en general en espacios cerrados con aglomeración de personas, como el transporte público y los centros comerciales. Si es posible, se debe evitar asistir a lugares muy concurridos, especialmente si son cerrados y se deben evitar reuniones familiares con lactantes. También es importante cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo al estornudar y no fumar dentro de casa. En caso de tener hijos con enfermedades respiratorias, se recomienda no enviarlos a guarderías, jardines infantiles o escuelas, para evitar contagiar a otros niños, aunque esto puede ser difícil debido al cuidado de los menores. Es importante recordar que actualmente no se requiere justificación médica para las ausencias en estos establecimientos. Asimismo, se aconseja ventilar los espacios cerrados como oficinas, aulas y hogares. En cuanto a la vacunación, dado que se espera un aumento en la circulación de la influenza en las próximas semanas, es crucial que los grupos de riesgo estén debidamente vacunados. Estos grupos incluyen a personas mayores de 65 años, niños de 6 meses a 10 años, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas, personal de salud y de educación preescolar y escolar hasta quinto año, entre otros grupos específicos. Además, es importante completar el esquema de vacunación contra el COVID-19, especialmente porque en ocasiones las personas pueden tener coinfección con más de un virus, lo que puede complicar los cuadros respiratorios.