Cuáles son los síntomas y tratamiento de la depresión estacional
En este trastorno del estado de ánimo intervienen variables genéticas y otros factores como la personalidad, además de gatillantes ambientales y estresores sociales. Tristeza, irritabilidad, ansiedad, desinterés, alteraciones del sueño, aumento del apetito y disminución del deseo sexual, son algunos llamados de alerta, especialmente para las mujeres, el grupo más afectado.
Mientras que para algunos la llegada de la primavera significa más horas al aire libre, esparcimiento y felicidad, para otros es sinónimo de tristeza, desinterés y desmotivación.
Y el motivo sería la depresión estacional, trastorno afectivo o del estado de ánimo que se presenta en forma de episodios depresivos recurrentes asociados a determinadas estaciones del año.
“Se trata de un trastorno multifactorial, en el que intervienen variables genéticas (hereditarias), que producen alteraciones en la secreción de neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina y dopamina, que se asociarían a una mayor vulnerabilidad a los cambios de luminosidad, además de factores como la personalidad, gatillantes ambientales (el clima o la latitud) y estresores sociales”, dice Carolina Romero, directora docente de Psicología de la U. Mayor sede Temuco.
Cómo reconocerla
Según indica la especialista, la depresión estacionaria suele presentarse con una significativa disminución del estado de ánimo, que debe mantenerse al menos por dos semanas, caracterizada por tristeza, irritabilidad y ansiedad, además de una variación negativa en la capacidad para disfrutar de las actividades o situaciones que habitualmente resultaban placenteras, lo que se conoce como anhedonia, y que se traduce en un aparente desinterés y desmotivación cotidianos.
Igualmente, agrega la académica, pueden presentarse alteraciones del sueño (principalmente hipersomnia o dormir en exceso), aumento del apetito y disminución del deseo sexual, entre otros síntomas.
–¿Cuál es el tratamiento y a quiénes afecta mayormente?
–La evidencia científica indica que este trastorno suele presentarse mayoritariamente en las mujeres, doblando los casos en relación a los hombres. El tratamiento se basa en la fototerapia, farmacoterapia y/o psicoterapia, cuya indicación se evalúa en función de las características de cada caso. La terapia lumínica consiste en la exposición diaria a una fuente luminosa, por periodos de 15-20 a 35-40 minutos. La farmacoterapia, en tanto, suele requerirse en casos de sintomatología moderada a severa, principalmente como un mecanismo de regulación y estabilización del ánimo, mientras que la psicoterapia se orienta al desarrollo de recursos y herramientas que permitan un mejor afrontamiento de los factores personales y contextuales que podrían estar actuando como gatillantes del trastorno.