Cosmología física y cosmovisión mapuche, así celebró el We Tripantu la Universidad Mayor
La Dra. en Ciencias Físicas y académica de la sede Temuco, Fabiola Arévalo, y el kimche, investigador e historiador mapuche, Juan Ñanculef, abordaron en una nueva charla del Ciclo Webinars la importancia de los solsticios y de la observación del universo para los pueblos originarios, quienes dieron explicación a su existencia mirando a los cielos.
Este 24 de junio comenzó el año 12 mil 488 para los mapuche. Así lo indicó el kimche, investigador e historiador de esta cultura ancestral, Juan Ñancuñef, quien, junto a la académica de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios de la sede Temuco, Dra. Fabiola Arévalo, fue parte del Ciclo Webinars de la Universidad Mayor.
“We Tripantu: solsticios en cosmología física y en cosmovisión mapuche” fue el nombre de la charla con el que la casa de estudios celebró esta nueva vuelta en torno al sol, donde los especialistas abordaron la importancia de la observación del universo para los pueblos originarios, desde la astrofísica y el kimün mapuche.
“Gracias al inarrumen, a la observación permanente, el mapuche descubrió que todo es newen, fuerza o energía. Así, la cosmovisión mapuche es un gran todo integrado, unido y atado de energía, que nada puede separar”, detalló el kimche, explicando además qué es el Wüñol Txipan Antü o regreso del sol al hemisferio sur.
“El We Txipantu se caracteriza por el acercamiento del sol al hemisferio sur, que en la línea del Ecuador sucede el 21 de junio. Ese rayo de sol demora dos días en llegar al Wallmapu, por eso el ser mapuche lo reconoció el 24 de junio. El 23 es el día más corto, y la noche más larga. Así los mapuche descubrieron el cambio de ciclo”, indicó.
Sin embargo, “a ciencia cierta sabemos que el sol no se mueve, es un movimiento aparente, que se produce debido a la inclinación del eje terraqueo de 23.5 grados. Los sabios antiguos descubrieron la redondez de la tierra y su rotación y le llamaron Chünküz Mapu. A la traslación le llamaron Tüway Mapu”, sostuvo.
Este acercamiento al hemisferio Sur, explicó el historiador, hace que los días empiecen a crecer poco a poco, a partir del We Tripantu. “A este movimiento la ciencia le llama solsticio de invierno, y los mapuche le llaman Wüñol Txipan Antü, el regreso del sol al Willi Mapu o sur, debido a que la Tierra se inclina hacia el norte”, agregó.
Por su parte, la doctora en Ciencias Físicas, Fabiola Arévalo, ahondó en los solsticios y equinoccios, aclarando que “cada 21 de junio se produce el solsticio de invierno en el hemisferio sur, siendo el día más corto y la noche más larga del año. Lo que define un solsticio es qué tan lejos o qué tan cerca estamos del sol”.
Asimismo, destacó cuánto ha avanzado nuestro conocimiento del sistema solar, donde sabemos que la rotación de los planetas en torno al sol determina la duración del día, y que, por lo tanto, un día en Júpiter dura 10 horas, versus las 24 de la Tierra, las 25 de Marte, o las 1.408 de Mercurio.
Finalmente, recomendó observar el universo desde cualquier parte de un país privilegiado como lo es Chile. “Así como deberíamos conocer mucho sobre terremotos y tsunamis, deberíamos conocer más sobre astronomía, que también es parte de nuestro patrimonio”.
Renovando Ciclos
“Renovando Ciclos: Solsticio de Invierno”, fue el nombre del conversatorio realizado en el marco del programa “Innovación y transferencia tecnológica para el ecosistema de emprendimiento del Geoparque Mundial Unesco Kütralkura”, financiado por el Gobierno Regional de La Araucanía y ejecutado por el Centro Tecnológico Territorio Mayor, dirigido por Erika Alvarez.
El encargado de inaugurar el espacio fue el vicerrector regional de la Universidad Mayor, Gonzalo Verdugo, quien en sus palabras de bienvenida expresó que “este conversatorio, tiene una pertinencia total respecto del momento que estamos viviendo, en el cual estamos iniciando este nuevo ciclo solar, que es el ciclo de la naturaleza, y que viene a ensañarnos algo que ya se trasmite desde los pueblos originarios desde hace siglos y que es la visión biocéntrica del desarrollo y la comunión entre el ser humano y la naturaleza”.
En esta línea, continuó la autoridad universitaria, “para hacer grandes transformaciones en el modelo de desarrollo que hemos tenido como países y donde el neoliberalismo ha desarrollado una política extractivista, que no ha reconocido ni ha defendido ni ha preservado todos los tesoros y riquezas ambientales y naturales que tenemos, hoy, más que nunca, nos obliga a tener que formar y preparar lideres ambientales para el presente y el futuro, que permitan poder tener y conocer desde una visión holística la relación entre naturaleza, hombre, sociedad, cultura y ciencia”.
“Renovando Ciclos”, incluyó la participación de expositores nacionales e internacionales, como Denise Gorfinkel, coordinadora del programa Geociencias y Geoparques Unesco para Latinoamérica y El Caribe; Natalia Caniguan, directora del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales de la Universidad de La Frontera – Geoparque Kütralkura; César Cotachi, representante Geoparque Mundial Unesco Imbabura de Ecuador; y Luis Miguel Callissaya, representante proyecto aspirante Geoparque Totoro.