Alexis Soto, director de la carrera de Psicología de la sede regional de la Universidad Mayor, analiza las emociones, sensaciones y oportunidades que trae la soledad en tiempos de Covid-19.

El hecho de estar aislados y sin contacto social, sin visitar a nadie puede complicar el ánimo a cualquier persona, pero puede resultar más difícil afrontar este periodo para aquellos quienes viven solos y no cuentan con familia en el hogar. El director de Psicología de la sede Temuco de la U. Mayor hace un análisis de la soledad en tiempo de pandemia y aconseja a quienes viven esta situación actualmente.

Quienes viven solos, en este contexto de pandemia, se han visto obligados a encontrarse con su soledad. Los llamados, las reuniones y la carga laboral no son suficientes; y si bien el cansancio físico puede ser un respiro, se manifiesta frecuentemente la sensación de estar solo.

“Es importante comprender, en primer lugar, que la soledad es vista como algo negativo, pero forma parte de nuestras emociones, es compañera de vida y probablemente gran parte de nuestra cotidianeidad la vivimos en soledad”, indica Alexis Soto. 

Soledad, tormento o buen aliado

De acuerdo a lo señalado por el director de carrera, debemos analizar qué cosas mueve esa soledad. “Quienes actualizan recuerdos y añoranzas, en quiénes evalúan acciones, en quienes ajustan proyectos y en quienes se transforman y adquieren propósitos personales de cambio y crecimiento. La soledad entonces podría ser un factor de tormento o un buen aliado para el ser humano, dependiendo de qué se construye con esa soledad”, afirma el profesional.

Asimismo, indica que hay quienes sienten temor a la soledad, por lo que abusan de las tecnologías para no sufrir esa sensación. “Algunas personas prefieren mantenerse colgadas de un programa de televisión, de radio o de los diversos estímulos que entrega internet, evitando encontrarse con sí mismos. De esta forma la soledad puede probar sensaciones de vacío, estados ansiosos, sensaciones negativas de sí mismo, pero al mismo tiempo pudiese generar propuestas o proyectos que podrían transformarse en máximas o motivadores de vida”, asegura Soto.

Hay maneras distintas de afrontar un periodo de soledad obligado y gestionar ese tiempo. “Podemos dar espacio a la reflexión, pero también a la construcción de propósitos, instalando pequeñas metas a corto plazo y desafiándose para automotivarse, con acciones y tareas que le vayan dando sentido a nuestro día a día”, reflexiona el director de carrera.  

“Fundamental es trabajar en la valoración personal, y para ello además de los propósitos individuales, se debe ser comprensivo y tolerante con sí mismo. No estamos en el tiempo de mediciones celosas y drásticas, sino en el tiempo de cuidarse y estar bien para salir adelante y eso se hace flexibilizando los parámetros con que habitualmente nos medimos”, analiza nuestro experto.

Acompañamiento y contacto social

“El contacto social es el alimento principal del día, un llamado, un encuentro, un saludo, refuerza la importancia que tenemos en un contexto dado, permite sentirse como parte de algo o de alguien, como necesario y como relevante para la vida de otros”, asegura Alexis Soto. Para mantener comunicación con quienes queremos y están pasando este periodo solos, podemos acercarnos a través de la tecnología.

“Una llamada telefónica o un contacto, aporta novedad, aporte interés, aporta distracción, aporta activación en procesos cognitivos, aporta en la expresión de los afectos, aporta en ajustes de la rutina, aporta en tensión, aporta al crecimiento y desarrollo como ser social”, sostiene el académico.

“Y aunque los abrazos son irreemplazables, la plática, las palabras sinceras, el decir lo que sentimos, son insumo fresco para poder salir y avanzar. Hoy en día más que nunca debemos entrenarnos en la expresión de los afectos, pues se hace imposible el gesto físico que resumía todo en un gesto. Hoy es importante decirlo”, concluye el profesional.