Cómo potenciar habilidades comunicativas en niños durante las vacaciones

Cómo potenciar habilidades comunicativas en niños durante las vacaciones

La clave estaría en la manera en que padres y/o cuidadores se involucran en ellas, ya sea a través del juego, de una conversación o de un ejemplo. “Participar de sus actividades, no solo crea un lazo afectivo, también les otorga una base sólida para su desarrollo social”, dice el académico de Fonoaudiología de la sede Temuco, Diego Sanhueza.  


La pandemia por coronavirus y sus medidas de protección, no solo obligaron a trasladar los espacios de enseñanza-aprendizaje a la casa, también limitaron algunas experiencias clave para el desarrollo de las habilidades comunicativas de niños y niñas, como participar en grupos, organizar e inventar juegos.

“Se reemplazó la calidez del contacto real por uno artificioso, como el del celular o el del computador, que no suplen el verdadero sentido de las habilidades comunicativas y su propio desarrollo, relacionado con un gesto, una mirada, ponerse en el lugar del otro o escuchar atentamente”, dice Diego Sanhueza.

Para el académico de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Mayor sede Temuco, es clave potenciarlas en cualquier época del  año, aunque las vacaciones entregan mayor tiempo a padres y/o cuidadores, quienes “son las personas más importantes para el desarrollo de las habilidades comunicativas de los niños”.

La forma de potenciar la lectoescritura, la competencia emocional o las habilidades no verbales, entre otras, —explica el experto— se relaciona con la manera en cómo los padres y/o cuidadores se involucran en ellas, ya sea a través del juego, de una conversación o de un ejemplo.

“Si queremos que el niño desarrolle la empatía, es necesario que el adulto se involucre en la situación en la cual el niño debe ser empático, le entregue una explicación acorde a su edad, ejemplifique a través de cuentos o historias, porque no se puede exigir sin antes enseñar”, advierte.

Para Sanhueza la pandemia agudizó una realidad que se arrastraba desde antes de la pandemia, en la que se le está dando más importancia a que el niño tenga un aparato tecnológico, en lugar de que desarrolle su imaginación, explore y juegue, sumado a que los adultos no participan con ellos.

“Esto nos pone en un nivel de desventaja. Se deben modelar activamente las conductas comunicativas, hablando con claridad, evitar diminutivos en las expresiones y utilizando el lenguaje adecuado para participar activamente, entregar conocimiento, conversar y explicar”, señala el académico.

Participación activa

“En reiteradas ocasiones se cree que por asistir a una terapia de 40 minutos, una o dos veces a la semana, el niño va a hablar, a comunicarse o leer de forma correcta. Sin embargo, se requiere participación, empaparse de las actividades que hace el niño”, detalla Sanhueza, sobre el rol de padres y/o cuidadores.

En esta línea, agrega, “siempre han tenido el rol de terapeutas innatos y de co-terapeutas frente a una terapia, replicando y/o potenciando las actividades realizadas en una sesión. Por lo que, relacionar y vincularse con el niño, imaginar con él, participar en su juego, no sólo crea el lazo afectivo en nuestro rol de padres, sino que le otorga una base sólida para su desarrollo social y comunicativo”.

—¿Por qué es importante potenciar las habilidades comunicativas?

—Porque son la base de lo que somos como seres humanos, y a través de ellas nos podemos desenvolver activamente, sin complicaciones y/o restricciones en algún lugar, contexto o ambiente. A través de la competencia comunicativa, aprendemos y aprehendemos nuestra cultura, transmitimos información de una generación a otra y reconocemos nuestras propias experiencias para adaptarnos. Estas habilidades comunicativas se desarrollan antes de que inclusive el niño diga la primera palabra, a través de conductas pre-verbales, como el contacto visual, la búsqueda de la fuente sonora o la atención a la voz del adulto, por ejemplo. Desde este sentido, se torna imprescindible que se potencien tempranamente, en primer lugar, para que las habilidades iniciales den paso a las sucesivas solventemente, así como también, para que no exista disparidad entre niños de una misma edad, que es lo que observamos frecuentemente en un niño que presenta problemas en su lenguaje, una real desventaja en el uso de habilidades comunicativas para desenvolverse no solo con su grupo de pares, sino que con el resto de adultos que lo rodea y, por lo tanto, el hecho de no poder participar activa y eficientemente en una conversación.