Anticipando el invierno, la directora de Enfermería de la sede Temuco, Gina Muñoz, recomienda ventilar espacios cerrados, cubrir boca y nariz con mascarilla y usar moderadamente la calefacción, entre otras medidas que surgen en medio de la pandemia del coronavirus.

Este invierno tiene un nuevo invitado. Se trata del coronavirus, el cual se suma a las enfermedades respiratorias propias del cambio de estación, como la influenza, el virus sincicial y la gripe, encendiendo —además— las alarmas frente a una eventual saturación de los sistemas de salud.

Pero, ¿existe relación entre bajas temperaturas y aumento del número de personas que puedan contraer coronavirus? La respuesta —aún— no es concluyente. Así lo explica la directora de la carrera de Enfermería de la Universidad Mayor sede Temuco, Gina Muñoz.

“Recién estamos conociendo el comportamiento del virus y hasta ahora no hay estudios que demuestren su comportamiento al cambio de la temperatura ambiental. Conocemos el comportamiento en el hemisferio norte, donde han disminuidos los casos, pero esto no se puede atribuir al cambio estacional”, precisa.

Lo claro es que en Chile, normalmente, aumentan las enfermedades respiratorias en el periodo de otoño-invierno. Sin embargo, hasta ahora —advierte la académica— se ha visto un menor número de casos, lo que puede estar asociado a la campaña de vacunación contra la influenza, a las medidas de aislamiento social, al lavado frecuente de manos y al uso de mascarillas.

“Todas estas medidas ayudarán a tener menos enfermedades respiratorias en general”, complementa Muñoz.

Es por esto que la académica y las autoridades de salud insisten en la prevención de contagios por infecciones respiratorias, cuya susceptibilidad aumenta en las estaciones frías producto del hacinamiento, ya que las personas se mantienen más tiempo en espacios cerrados; del sobreuso de calefacción; y de la poca ventilación de espacios cerrados, para no perder el calor de las viviendas.

Además, en Temuco y Padre Las Casas, se suma el alto índice de contaminación del aire producto del mal uso de la leña.

Por otro lado, añade la experta, “cuando la temperatura desciende los cilios (vellosidades) que recubren el aparato respiratorio disminuyen su motilidad o se paralizan, lo que permite el paso de virus, logrando así la aparición de las enfermedades respiratorias”.

Grupos de riesgo y cuidados

Gina Muñoz dice que estas enfermedades respiratorias afectan principalmente a los extremos de la vida. Por una parte, a niños y niñas menores de cinco años y, por otra, a personas mayores de 60 años, agudizándose en adultos sobre los 80.

Así, el virus sincicial respiratorio (VSR) atacaría principalmente a niños y niñas, mientras que adultos mayores se verían más expuestos a neumonía por neumococo (vacuna cada cinco años en mayores de 60). La influenza (vacuna anual) sería común en ambos grupos de riesgo. 

Pero, ¿qué medidas pueden tomar ellos, y la población en general, para evitar los contagios de estas enfermedades? Aquí la académica detalla algunas acciones: