¿Están en crisis? Especialista aborda la situación actual de las aseguradoras privadas de salud

Déficit financiero, dos fallos de la Corte Suprema en materia de alzas y tabla de factores, además de un incierto escenario económico postpandemia, mantienen en alerta a las Isapres. ¿Pueden “quebrar”? ¿Qué pasaría con los afiliados? ¿Mejorará la situación? El académico de la carrera de Derecho de la sede Temuco, Manuel Espinoza, resuelve algunas de estas dudas en torno al sector.     


Un poco de contexto: 2022 se ha transformado en el peor año de la historia para las Instituciones de Salud Previsional (Isapres), las que hasta septiembre recién pasado registraban pérdidas por $150 mil millones, en medio de un escenario económico incierto.

A esto se suman dos históricos fallos de la Corte Suprema. El primero en agosto, cuando dejó sin efecto el alza de planes base anuales de salud y ordenó detener el incremento de 7,6% aplicado por cada una de ellas, y el segundo hace un par de semanas sobre la tabla de factores.

Al respecto, las mismas aseguradoras han encendido las alarmas sobre su futuro, generando diversas reacciones y la preocupación de sus afiliados. Es por esto que el académico de la carrera de Derecho de la Universidad Mayor sede Temuco, abogado Manuel Espinoza, resuelve algunas dudas.

–¿Están en crisis las Isapres?

–De ningún modo. La industria ha gozado y disfruta de un momento sólido, producto de que se trata de un mercado que ha madurado y que ha respondido, en general, de manera eficiente a las expectativas de un seguro de salud. Ahora la crisis, quiero aclarar, no ha sido generada por la Corte Suprema o por los usuarios. Han sido las propias aseguradoras las que, a partir de su actuar en el tiempo, han generado esta coyuntura que están enfrentando.

–Precisamente, ¿por qué llegan a esta situación?

–En la actualidad las Isapres han sido golpeadas por dos fallos de la Corte Suprema. El primero, dejó sin efecto las alzas del precio base de los planes de salud y, el segundo, la tabla de factores etarios. La Asociación de Isapres, como entidad gremial, ha reclamado naturalmente respecto de los efectos que traerían para la industria ambos fallos. Sin embargo, tengo una visión menos alarmista respecto de este conflicto. Si uno analiza este año 2022, en forma aislada, pueden haber resultados negativos para la industria. Pero creo que el análisis correcto no puede estar alejado de la perspectiva histórica, ya que las utilidades de las Isapres han sido multimillonarias sostenidamente en el tiempo. Se han producido, entonces, utilidades acumuladas muy superiores a las pérdidas que hoy alarman, pero, sobre todo, ha significado una acumulación de capital del sector privado en salud que ha sido aportado por los propios afiliados del sistema. Entonces, me parece lógico el reclamo gremial, pero parece más un lloriqueo de un comerciante en lugar de una realidad económica desastrosa.

–De igual manera hay temor en los afiliados, ¿en qué se traduce este escenario para ellos?

–Los afiliados tiene que estar tranquilos, ya que el contrato de salud es una ley para las partes y, en consecuencia, las Isapres deben cumplir con las coberturas contratadas.

–Y, ¿qué pasaría con ellos sí, eventualmente, “quiebra” una Isapre?

–Si una empresa cae en insolvencia es algo delicado, pero si esa empresa es una empresa que asegura la salud de chilenos, el tema obviamente es mucho más complejo. Mi opinión es que por un solo año de hipotéticas pérdidas, no puede caer todo el sistema en insolvencia. Es como un matrimonio que lleva 30 años, y no por un episodio malo en todos estos años el matrimonio se va a divorciar. La situación es compleja, pero a mi juicio se ha sobredimensionado, ya que las históricas multimillonarias utilidades superan los efectos de las eventuales pérdidas de este 2022.

–¿Cómo se puede revertir la situación actual?

–Pongámonos en un escenario desastroso, que a mi juicio no se va a dar, pero como a las personas les preocupa no tanto lo que pase, sino lo que podría pasar (y ahí está la causa del sufrimiento del ser humano), supongamos que las Isapres entran en liquidación (antes se llamaba quiebra). En ese caso, el Gobierno y el Congreso debieran dar una solución al problema de manera integral para que mediante la redacción de una ley, se disponga qué ocurriría con los afiliados al sistema.