¿Cómo afrontar la pérdida de una mascota? Especialista entrega algunas claves

Brindar contención emocional sin emitir juicios y realizar un ritual de despedida, serían algunas de las recomendaciones. “En el caso de niños y niñas, esto es todavía más relevante, puesto que muchos se ven enfrentados a la primera experiencia de pérdida y muerte con sus mascotas”, dice María Iris Olave, académica de Psicología de la sede Temuco.


A pesar del impacto positivo que tiene el vínculo con las mascotas, aún existen prejuicios sobre el rol afectivo-emocional que estas cumplen y, por lo tanto, el duelo ante su pérdida no es validado socialmente como el que hacemos frente a la partida de un ser humano.

“Las políticas públicas promueven la adopción y manejo responsable de las mismas, pero existe un vacío frente a la pérdida de ellas, pues ese duelo tiende a ser más bien ocultado o deslegitimado”, señala María Iris Olave, académica de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco.

En ese sentido, agrega la especialista, “existe una deuda con los animales de compañía y sus tutores, resultando necesario contemplar este fenómeno como una pérdida válida en todo sentido, igual como sucede cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser humano querido”.

Pero, ¿qué es el duelo? Según explica la psicóloga, es un proceso complejo de pérdida, que considera múltiples respuestas emocionales ante la muerte o separación de un ser querido. “Este proceso tiene una función adaptativa que implica una asimilación paulatina de la pérdida hasta que se produzca la superación de la misma, que no es más que la adaptación funcional de nuestra vida sin la presencia del ser querido”, complementa.

–¿Hay diferencias entre el duelo que realizamos con la partida de un ser querido humano y un ser querido animal?

–Hay investigaciones que señalan que una de las diferencias más recurrentes entre ambos tipos de duelo es la intensa sensación de culpa que el tutor principal comienza a sentir. Esto ocurre, principalmente, por las causas que están detrás de la muerte de la mascota, como fenómenos previsibles asociados a la tenencia responsable, como atropellos, ataques de otros animales, pérdidas o robos, manejo negligente de condiciones médicas, entre otros. La tonalidad emocional se tiñe por el grado de responsabilidad que tenemos de nuestras mascotas y el tipo de apego construido con ellas.

–¿Qué se entiende por “superar la muerte” de una mascota?

–En términos prácticos, superar la muerte implica comprender y funcionar de forma consciente y adaptativa considerando que ya no estará presente más. En ese sentido, una evidencia relevante es cuando la respuesta emocional se vuelve manejable y con una intensidad coherente a las etapas que tiene el duelo. Hay personas que optan por no tener más mascotas por el alto dolor que produjo la pérdida, pero, también, nos encontramos con otras personas que llegan a sentir, posterior al proceso de duelo, el deseo de abrirse afectivamente a construir un nuevo lazo afectivo con una mascota, resguardando la individualidad de la misma. Por eso, los matices son bastante diferentes.

–¿Cuánto tiempo lleva ese proceso?

–Este proceso depende de cada persona. La manera de elaborar los duelos varía bastante en función de las emociones y personalidad de los tutores, y, sumado a ello, las condiciones que llevaron a esa pérdida. Lo relevante de este proceso, es evitar reprimir las emociones, lo cual, de por sí, ya es una tarea compleja, sobre todo si el entorno no se encuentra familiarizado o no valida tal descarga emocional. En ese sentido, tal como un duelo de un ser humano, si notamos que hay afectación persistente de nuestras actividades diarias por el proceso de pérdida o si sentimos que necesitamos apoyo para elaborar adecuadamente el proceso de duelo para que resulte de forma saludable y adaptativa, corresponde realizar un proceso de psicoterapia.

–¿Qué recomendaciones entregaría a quienes acaban de perder a su animal de compañía?

–Esto igual es complejo de responder, porque depende mucho de las causas iniciales. Lo principal, en términos generales, es brindar la contención emocional, validar la manifestación y descarga sin emitir juicios que invaliden el sentimiento de pérdida que tengan las personas que estén más afectadas. Es importante, igualmente, realizar un ritual de despedida, un acto simbólico que permita reorganizar el significado de esta pérdida, sobre todo cuando estamos frente a mascotas que resultan ser seres vitales en la vida diaria de una persona. En el caso de los niños y niñas, esto es todavía más relevante de hacer, puesto que muchos de ellos se ven enfrentados a su primera experiencia de pérdida y muerte con sus mascotas.

–¿Qué “primeros auxilios psicológicos y emocionales” pueden aplicar?

–Varían mucho dependiendo de la reacción emocional. Si pensamos en alguien que está sufriendo bastante con el hecho, la compañía, escucha y contención son esenciales. Validar las emociones y evidenciar empatía frente al evento son fundamentales para que la persona afectada de sienta cómoda y contenida. A su vez, es importante hacer un repaso de los momentos previos, durante y posteriores a la muerte o pérdida, para que el afectado se haga consciente del panorama completo que rodea esta experiencia dolorosa. En ese sentido, el foco de esta parte no está puesto en identificar responsabilidades, sino en organizar los eventos en función de reorganizar las emociones que la persona está sintiendo, para que de a poco se vaya configurando el camino hacia un duelo adaptativo.