Talleres Nansen: espacios de encuentro en La Araucanía

La Universidad Mayor, junto a otras seis casas de estudios superiores de nuestra región participan activamente como anfitriones de los talleres organizados por el Centro Nansen con sede en Noruega. Alfredo Zamudio, director de la misión en nuestro país destacó y agradeció la colaboración de las universidades de La Araucanía. 


 

En un gran despliegue logístico y de capacidades locales, las siete universidades de La Araucanía nuevamente fueron anfitrionas de siete talleres de diálogo, junto al Centro Nansen, de Noruega. Los talleres se desarrollaron en forma simultánea en las siete universidades: Universidad Santo Tomás; Universidad Católica de Temuco; Universidad de la Frontera; Universidad Mayor; Universidad Arturo Prat, sede Victoria; Universidad Autónoma de Chile y la Pontificia Universidad Católica, sede Villarrica. Alrededor de 140 personas, como líderes comunitarios, estudiantes, profesionales, personas del sector público y privado. Los talleres, que duran dos días consecutivos, tienen dos objetivos pedagógicos: conocer herramientas para el diálogo y tener un espacio de encuentro.

Con este nuevo ciclo de talleres en Araucanía, el Centro Nansen ha realizado 74 talleres, donde más de 1.250 personas, es decir, una de cada mil personas en la región ha participado. “Aparte de los números, que han sido posibles gracias a la colaboración entre las universidades de la región, los talleres aportan con un cambio a la forma de relacionarse entre quienes participan”, dice Alfredo Zamudio, director de la misión en Chile del Centro Nansen.

  

Un espacio seguro para generar confianzas

“Estos talleres son una oportunidad para conocer distintas historias y miradas, a través de pequeños pasos de confianza, que pueden generar la creación de lazos con personas que antes no conocían”, manifiesta el director de la misión chilena del Centro Nansen. 

Me quedo con el espacio seguro que se conformó, con la escucha profunda y activa que hubo, con la capacidad de generar confianza. Siento que viví y practiqué la construcción de confianza con otros”, comenta Jimena Ojeda, directora de la carrera Pedagogía en Castellano y Comunicación de la Universidad de la Frontera.

Por su parte, Consuelo Méndez, estudiante de quinto año de la misma carrera, comparte su valoración de los talleres: ""Fue una experiencia bastante grata, cómoda, gratificante y de mucho aprendizaje. Yo destaco el espacio seguro, la confidencialidad y el respeto que marcaron cada sesión".

 

 

Pensando en las nuevas generaciones

El valor del taller se extendió también a la visión de algunos participantes sobre el futuro de la región:Es un taller que te ofrece herramientas para que tú te mires y puedas mirar lo que sucede a tu alrededor, entendiendo también la necesidad de abordar el diálogo, el conflicto y transformarlo para futuras generaciones, para mejorar la sociedad en que vivimos”, comenta Fabiola Riquelme, Supervisora Técnico-Pedagógica del Departamento Provincial de Educación Malleco. 

Mientras que Jenny San Martín, propietaria de Viajes Meridiano Sur, piensa que “Fomentar espacios de conversación pueden ayudarnos a entendernos mejor, resolver conflictos y construir comunidades más unidas, ojalá que muchas más personas pudieran participar”.

“He participado de este encuentro de diálogo para buscar en cierta medida la paz de nuestra región y lograr el desarrollo. Eso es lo que nosotros queremos hacia futuro, para las nuevas generaciones, y proyectarlo hacia quienes más lo necesitan. Agradecido de este encuentro. Chaltumay”, dice Exequiel Vergara Catrian, Lonco de Weñi zol Taiñ ruka.

 

Una metodología experiencial

Yo pensé que iba a ser como los típicos talleres donde uno se sentaba, el expositor daba las indicaciones y uno hacía el trabajo, pero me di cuenta gratamente de que había mucho trabajo práctico. El trabajo de pensar hace que uno se deshaga de los prejuicios, ponerse en los zapatos del otro, trabajar la empatía y quebrar esquemas en lo que uno regularmente hace en el trabajo”, comenta Víctor Sagredo, profesor de la Escuela Pedro de Oña. 

Mientras que Daniela Ebensperger, directora Colegio Huelemu Pucón, dice que el taller cumplió con sus expectativas: “La metodología que tienen, que hace que se dé el diálogo entre personas que nunca se han visto, da una sinergia muy bonita, más allá de lo teórico”.

“Hemos aprendido algunas herramientas que son vitales para entender algunas situaciones que muchas veces las calificamos como conflictos, y que ayudan a entender un poco y a acercar posiciones que es lo más importante”, destaca Ramón Chanqueo Filumil, presidente de la Comunidad Indígena Turra.

A su vez, Marcia Montres Curiqueo, presidenta de la Comunidad Lorenzo Chiguay, se despide de la experiencia con mucha esperanza: Me voy con mi corazón lleno de alegría y de sabiduría también, para poder aplicar más adelante o desde ya estas herramientas. Tomé el taller para aprender a solucionar los conflictos y aprender más del diálogo. Me voy contenta”.

“Para hacer una hoja de ruta y transformar una situación compleja, toca reconstruir la confianza entre distintos sectores de la sociedad, incluso con quienes están al otro lado de la brecha. En los talleres de Nansen, se aprenden tres preguntas para iniciar un proceso de diálogo: ¿Cuál es el cambio que queremos? ¿Quién más debería estar en esa conversación? ¿Cómo hacer para que esas personas participen? Estos talleres han demostrado una vez más que en toda situación compleja, es posible sentarse a conversar con quien piensa distinto” concluye Alfredo Zamudio, del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo.