Estudiantes de la Salud evalúan su experiencia 2020 en campos clínicos de la Región
A pasos de convertirse en profesionales del área, tres jóvenes de las carreras de Enfermería, Medicina y Terapia Ocupacional de la Universidad Mayor cuentan cómo vivieron este proceso en medio de la pandemia y las lecciones que sacaron junto a los profesionales de “la primera línea” de Pucón, Victoria y Temuco, respectivamente.
“Realizar mi Internado durante este 2020, en medio de una pandemia mundial, ha sido una experiencia bastante enriquecedora, pero con varios desafíos”, dice Claudia Vera, estudiante de Medicina de la Universidad Mayor sede Temuco, quien realiza su Internado de Cirugía desde el 21 de diciembre en el Hospital de Victoria.
La futura profesional, quien cursa el séptimo año de la carrera, está convencida de que todo lo que aprendan en su paso por los diversos campos clínicos con los que tiene convenio la Universidad Mayor, va en directo beneficio de los pacientes y que todo el esfuerzo que realiza el equipo sanitario permitirá superar la pandemia.
“Colaborar en medio de esta crisis ha sido una gran oportunidad. Es muy importante que estemos realizando estas pasadas clínicas, porque también podemos ser un aporte, podemos ayudar al personal sanitario que está trabajando en los hospitales, que están bastante saturados y que han tenido mucho trabajo”, explica.
Así lo cree, María José Uribe, estudiante de quinto año de Enfermería de la Universidad Mayor sede Temuco, quien desde el 7 de diciembre realiza su último Internado en la Urgencia del Hospital San Francisco de Pucón, donde permanecerá hasta el próximo 15 de enero.
“Mi experiencia como interna, en especial este año 2020, ha sido difícil, pero de mucho aprendizaje. Además, gracias a esto he reafirmado mi vocación y el amor a la Enfermería, al arte del cuidar”, asegura la joven, quien agrega: “Ayudar a ‘la primera línea’ me hace sentir orgullosa de lo que estudio y me ha permitido ver el trabajo en equipo multidisciplinario, el cansancio y el arduo trabajo que hay detrás de cada turno”.
Tras ingresar, vía online, al PAI Riviera en septiembre pasado, Florencia Veloso, estudiante de Terapia Ocupacional de la Universidad Mayor sede Temuco, continuó su formación, de manera presencial, en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Victoria. Hoy, presta apoyo en la Asociación Chilena de Seguridad, ACHS, desde donde indica que “ha sido una experiencia totalmente nueva y buena. A pesar del contexto he logrado aprender mucho de cada área y modalidad. Además, todo ha sido un desafío, ya que uno se debe adaptar a la modalidad y situación actual”.
Trabajo en equipo
Sobre las enseñanzas que le ha dejado su paso por el Hospital de Victoria, Claudia sostiene que “una de las principales es que nunca dejamos de aprender, que hay que seguir estudiando, averiguando e investigando sobre enfermedades y, sin duda, otra gran lección es que el trabajo en equipo es lo más esencial”.
Todos los funcionarios de salud son importantes, añade, “choferes, personal de aseo, técnicos paramédicos, enfermeras, kinesiólogos, fonoaudiólogos, médicos, porque todos trabajan por un mismo fin, que es que las personas estén sanas, por salvar vidas. Ha sido una gran experiencia, y gracias a todo el equipo sanitario que ha trabajo arduamente por contener esta pandemia”.
Para María José, en tanto, “la enseñanza que nos deja a todos en el servicio de salud es fomentar el trabajo en equipo, dando seguridad para levantar a quien pueda caer, ya que lo miedos abundan de solo pensar en que podemos contagiar a nuestros familiares. Por eso el manejo del miedo y tener resiliencia es fundamental. Además, nos damos cuenta que el rol de la educación por parte del equipo de salud es importante y la base de la prevención y promoción, desde la postura de las EPP hasta educar al paciente en que debe usar su mascarilla”.
Por su parte, Florencia, señala que “si bien no me ha tocado intervenir directamente a personas con Covid, el estar trabajando/interviniendo en este contexto ha sido una experiencia buena, por las instancias de aprendizaje, y a la vez emocionalmente ‘fuerte’, por todo lo que ha conllevado, observar todo el esfuerzo que se hace para seguir con las atenciones y seguir además con las medidas de seguridad para cumplir con lo necesario para poder hacer una adecuada atención.
Sobre qué lección ha dejado su paso por los diferentes campos clínicos, concluye que “siempre es posible ayudar y hacer las cosas de corazón para poder lograrlo”.