Estudiante de la sede Temuco publica su primer artículo en revista de filosofía
Se trata de Lucas Cañoles-Cuevas, quien cursa cuarto año de Psicología en la Universidad Mayor, y que junto al Dr. Carlos Sierra-Lechuga, publicó un texto referido a reología y antropología en la versión N°48 de Lógoi de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.
“Reología y antropología: una invitación a investigar con novedad metafísica la realidad humana” es el nombre del primer artículo publicado por el estudiante de cuarto año de la carrera de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco, Lucas Cañoles-Cuevas, en Lógoi, Revista de Filosofía de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.
Lucas realiza el artículo (revisar AQUÍ) junto a Carlos Sierra-Lechuga, director de Filosofía Fundamental, institución que busca construir nuevos modos de hacer academia.
“Para mí, la filosofía siempre ha sido un mundo interesantísimo, es un mundo que me apasiona y del que desde hace algunos años he buscado conocer y explorar”, cuenta Lucas, quien —a inicios de la pandemia— comienza a revisar libros sobre esta materia, hasta que decide ahondar más, a través de un curso.
“Encontré un curso bastante específico, pues se trataba de la obra de un solo filósofo, pero me pareció bastante interesante y decidí inscribirme. El curso lo dictaba la Fundación Xavier Zubiri, en España, con modalidad virtual”, precisa el estudiante.
Sin embargo, su inquietud por la filosofía seguía activa, por lo que decide buscar dentro de la misma Fundación algún profesor que lo acompañe con clases particulares. Entonces, agrega Lucas, “revisé y encontré a Carlos Sierra-Lechuga, indagué un poco en su página web y vi que estaba haciendo algo nuevo, erigiendo una novedosa forma de trabajar la filosofía, pero no solo novedosa; a la par, profundamente rigurosa”.
-¿Cómo surge la idea de realizar tu primer artículo?
-Pues bien, comencé a tener clases con Carlos y a pedirle también que me contara qué era esto que se estaba haciendo y allí me surgió el atrevimiento de comenzar a escribir un ensayo, a partir de todo aquello que estaba estudiando e investigando. Lo escribí desde la temática de la antropología filosófica, porque yo, que estudio psicología, considero que en cada interacción terapéutica se pone en juego una idea de ser humano y, por tanto, estoy muy interesado en indagar en la realidad humana para ver en qué consiste. Allí surge un primer boceto, un ensayo. Cuando se lo presento a Carlos, él me pregunta sobre mi intención con el escrito, yo, un tanto ambicioso, le comento que llegar a publicarlo no estaría nada mal. Entonces él acoge mi escrito y comenzamos a trabajarlo juntos. Fue un proceso de aproximadamente dos meses, sin contar el tiempo anterior en el cual nos dedicábamos a conversar sobre reología y metafísica. Allí, aprendí mucho acerca de filosofía y metodología de la escritura. Pero, también, conocí un filósofo con una tremenda vocación, que no me miró por mi grado académico, sino por mi ímpetu por aprender y trabajar seriamente la filosofía. Y fue allí, mientras trabajábamos en el artículo, que decidió invitarme a ser parte del Seminario Permanente de Reología. Y al ingresar al Seminario comienza mi contacto con Filosofía Fundamental, institución que en gran medida posibilita que se pudiese llevar a cabo el proceso de publicación, pues las revistas tienden a pedir una institución que respalde a quién investiga.
-¿Cuál es el objetivo de esta investigación?
-Su objetivo es, principalmente, abrir la puerta e incursionar en unos primeros pasos para el desarrollo de una antropología reológica. Si se lleva a cabo un estudio histórico sobre la constante pregunta por el ser humano, es notorio observar cómo se han cometido constantes injusticias explicativas. Se ha tendido siempre a definirle exclusivamente por una de sus experiencias -cognoscitiva, social, religiosa, etcétera- como si ella sola pudiese ser el fundamento de lo humano. En el artículo evidenciamos cómo esta tendencia fue y ha sido fruto de pensar la realidad humana en categorías substancialistas, a saber, pensar que hay una substancia a la que luego se le agregan accesoriamente características secundarias. Al estudiar al humano nos percatamos que no podemos ir sacando y sacando características hasta de pronto quedarnos con su substancia. La realidad humana requiere ser investigada coherentemente desde la realidad que ella acuse, se trata de ir tras ella y no especular desde el sillón alguna u otra idea tanto o más ingenua. Allí es que la reología se hace herramienta para esta antropología, pues lo que se busca es indagar en lo humano responsable y rigurosamente, y la regla de oro de este modo de filosofar es: ir investigando la realidad rea de la res, es decir, ir investigando la realidad acusada por la cosa. La antropología que aquí se propone iniciar entiende que no es permisible explicar lo humano desde una u otra experiencia particular, sino desde un momento principial que se manifiesta en cada una de esas experiencias fundándolas todas; el experienciar. Dar argumento al experienciar es, pues, una de las arduas tareas del artículo. En ello, en un último punto se explora la constitución corpórea de la realidad humana, no advertiré nada para evitar dar ya al futuro lector o lectora un spoiler, pero sí que es interesante.
Leer el artículo AQUÍ.