Se trata de Elizabeth Pilquiman Ziehlmann, estudiante de cuarto año de Enfermería, quien, tras una pausa de dos años por lesión, retoma el deporte que la lleva a ser seleccionada nacional en 2014 y que hoy la tiene concentrada en diversos desafíos. “Mis objetivos están puestos en obtener algún lugar para nuestra selección, lograr títulos con la Universidad y para eso estamos entrenando harto”, dice la floretista.

Disciplina, compromiso y pasión. Así describe la estudiante de cuarto año de Enfermería de la Universidad Mayor sede Temuco, Elizabeth Pilquiman Ziehlmann (22), al deporte que la acompaña desde 2010 y que cuatro años más tarde la convertiría en seleccionada nacional: la esgrima.

Según revela la floretista, este es un deporte muy poco practicado y conocido en Chile, donde se requieren distintas características y habilidades. “Los entrenamientos son duros y donde hay que desarrollar coordinación. Hay que tener muy buenos reflejos para defenderte y atacar”, asegura.

Hoy, tras estar algunos años alejada de los combates, la joven se convierte en una de las promesas de la Selección de Esgrima de la Universidad Mayor sede Temuco, donde entrena en la actualidad, preparándose para un campeonato a fines de este año y un par de sorpresas para la próxima temporada.  

“Mis objetivos están puestos en obtener algún lugar para nuestra selección, lograr títulos con la Universidad y para eso estamos entrenando harto”, destaca Elizabeth, quien además entrega sus agradecimientos a su profesor, el Dr. Norman Moreno, y a esta casa de estudios.

“Me da mucha alegría volver a retomar un deporte con el cual crecí. Estoy muy agradecida, también, del profesor Norman, un excelente maestro, y feliz con el apoyo de la Universidad Mayor, por la nueva oportunidad que me dio. Me siento totalmente abanderada de nuestra selección", precisa.

Receso, intercambio y selección UM

El vínculo de Elizabeth con la esgrima nace hace poco más de una década, en un taller del Colegio Kalem de Puerto Aysén, donde estudiaba. Luego, con el pasar de los meses y de su búsqueda por la excelencia, se traslada al Club de Esgrima 14 Aysén, donde se convierte en seleccionada nacional.

Es 2014 y la estudiante ve truncada su carrera por una lesión que la aleja del Sudamericano en Brasil y de la esgrima. “Hubo una pausa súper grande para mí, muy frustrante, porque ya había viajado a torneos clasificatorios y fue en la última tanda, cuando me lesioné”, recuerda la estudiante.

Al principio –añade– “sentí mucha tristeza, rabia, porque me había preparado tanto para competir, estaba tan emocionada, y que de un minuto a otro te digan que no puedes hacerlo, porque te vas a recuperar en seis o siete meses, es una noticia difícil de asimilar y de superar”.

Finalmente, estaría dos años fuera de combate, hasta que en un intercambio que realiza entre 2016 y 2017 en Dinamarca, vuelve a empuñar un florete, su arma predilecta en la esgrima. “No fue fácil”, dice “y con los estudios se hizo complicado continuar. Así que me detuve nuevamente, hasta que ingresé a la selección de la UM”.

Y desde entonces no ha parado. “Todo esto me sirvió para entender que por algo pasan las cosas y que quizás no era ese mi momento. Al final, el tiempo curó toda la rabia, toda esa pena que tenía. Me enfoqué en mi rehabilitación y en pensar positivo y aquí estoy, ansiosa de conseguir premios para mi selección”, concluye la estudiante.