Alexis Soto, director de Psicología de la sede Temuco, dice que, a pesar del complejo escenario que vive el país, “la posibilidad de retornos graduales despertó un dejo de esperanza en la recuperación de algo de normalidad, lo que permite enfrentar un nuevo periodo de confinamiento con algo de energía extra”.

La pandemia no da tregua y el escenario en Chile se ha ido complejizando por el aumento exponencial de casos de coronavirus. Sin embargo, advierte el director de la carrera de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco, Alexis Soto, la posibilidad de retornar gradualmente a clases reabrió las expectativas.

“La recuperación de algo de normalidad despertó un dejo de esperanza en familias con niños y adolescentes. Y aunque parezca extraño, la existencia de una posibilidad de recuperación, brinda en sí misma una sensación de tranquilidad que permite enfrentar este nuevo periodo de confinamiento con algo de energía extra”, explica.

Por lo mismo, agrega el especialista, “es importante mantener las medidas de cuidado y, paralelamente, mantener en el discurso la esperanza de la recuperación y la posibilidad de un retorno a espacios de encuentro seguro. La mirada esperanzadora de los padres será sin duda un aliado para la salud mental de niños y niñas”.

Atención a cambios de conducta

Según explica el director Soto, siempre es importante advertir cuando se presentan cambios en la conducta habitual de niños, niñas y adolescentes. Por ejemplo, cuando comen o cuando duermen más o menos, cuando están más encerrados que antes, cuando dejan de solicitar cosas, o ante cualquier otra conducta que se diferencia del estatus habitual que existe en la familia.

En estos casos, detalla, siempre es importante dialogar e intentar precisar si existen situaciones o cambios en el ambiente, como cambios en su horario, profesores o compañeros, o cambios en la forma que está percibiendo su mundo.

“Al evidenciar que, efectivamente, cualquiera de estos cambios está alterando su cotidianeidad y por sí mismo no logra adaptarse a estos nuevos escenarios relacionales, es recomendable que pueda buscar ayuda especializada. En estos casos, tenemos nuestra Clínica Psicológica de la Universidad Mayor para colaborar con ellos y sus familias”, precisa el experto.

Pausas relacionales y adolescentes

Tal y como ha comentado en ocasiones anteriores, Alexis Soto remarca que el impacto de la pandemia se ha sentido, profundamente, en la población adolescente, “pues se han producido ciertas pausas relacionales y de interacción que ya se están notando en los jóvenes que transitan entre la educación media y la educación superior y que se evidencia en cierta inseguridad para crear nuevos grupos o enfrentarse a situaciones que les obligan a involucrarse en nuevas áreas”.

“Esta imposibilidad de entrenarse socialmente en actividades recreacionales, lúdicas y deportivas con los pares, donde se cultivan valores de empatía, solidaridad, trabajo de equipo, hace más difícil que aparezcan estas conductas sin una experiencia que las sustente, por lo que será un desafío generar actividades que vayan permitiendo abrir   muchas posibilidades de interacción que repare de alguna forma este prolongado encierro que se ha vivido”, finaliza.