Esta semana, vecinos del sector Botrolhue denunciaron la extracción y relleno del humedal Lircay. Frente a ello, la directora del Centro Tecnológico Territorio Mayor, Erika Alvarez, dice que este tipo de acciones pueden traer consecuencias no solo ambientales, también habría riesgo de inundaciones y de recarga de acuíferos.

En el sector poniente de Temuco, camino a Botrolhue, se encuentra el humedal de Lircay, ecosistema que esta semana, según denuncias de vecinos del lugar, sufrió graves daños producto de la extracción y relleno de sus aguas.

¿El motivo? La aparente construcción de una multicancha.

Aunque el terreno es privado y de origen artificial, el área se encuentra a la espera de su declaratoria en el Diario Oficial como humedal urbano. Al respecto, la directora del Centro Tecnológico Territorio Mayor, Erika Alvarez, explica que “en Chile aún prevalece el interés particular, con el derecho a propiedad por sobre el bien común, sumado a una mayoría que entiende que un cuerpo de agua al ser artificial no es un humedal, desconociendo que Chile está adscrito a la Convención Ramsar y reconoce la definición de humedales que esta emplea internacionalmente, donde el humedal no importa si es natural o artificial”.

Importancia y conservación

Sobre las características del humedal, explica que “es una llanura aluvial extensa que ha acumulado material y este material ha ido permitiendo que se genere vegetación, de característica hidromorfa, asociada al agua, lo que a su vez ha permitido que retenga sedimento, que acumule agua como una esponja y la libere lentamente”.

Pero, ¿por qué afecta tanto la intervención? “Todo humedal funciona como una esponja, es decir, durante invierno atrapa el agua, y durante el verano, en épocas de sequía, la libera lentamente, y con eso aporta a la recarga del acuífero, en este caso de la ciudad de Temuco”, detalla la directora Alvarez.

En cuanto a las implicancias que tiene la intervención antrópica de estos ecosistemas, la bióloga e investigadora U. Mayor dice que “a la medida que esta esponja se va presionando, va perdiendo espacio y deja de regular, pone en el foco a Labranza, porque esta agua va a dar al estero Botrolhue, y este a Labranza. Si la llanura sigue existiendo y hace su función de regular, de amortiguar las inundaciones, de amortiguar las temperaturas, las islas de calor, permite una regulación natural, y evita que pase un caudal importante al estero Brotolhue y con ello cuidamos a nuestra población”.

¿Qué podemos hacer en términos legales? “Hoy ya se está tramitando la protección, se debiera poder solicitar un paro de obra, se entiende que son canchas y no construcciones, por lo tanto, tal vez que haya un entendimiento entre la institucionalidad, la comunidad y el propietario podría permitir que en el paisaje de esta intervención se pudiera considerar al humedal como un elemento de valor”, finaliza la académica.

Cisnes en humedal Lircay (foto: Daniel Sandoval)

Intervención humedal Lircay (foto: Daniel Sandoval)